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CRONOLOGIA 1942
 
EL ARAKAN
1942
Birmania, Septiembre 1942 - Mayo de 1943
Pocas campañas de importancia secundaria han tenido, no obstante, mayores consecuencias que aquella operación cuyo objetivo fue la conquista de algunos aeródromos japoneses, débilmente guarnecidos; operación que pasó a la historia como primera ofensiva del Arakan. Lanzada por Wavell como maniobra diversiva y proseguida luego como operación de repliegue, el hecho de que fuese la primera ofensiva inglesa contra los japoneses creó en torno a ella una aureola de prestigio; pero, al final, este mismo factor transformó la operación en un humillante fracaso, que paso en grave aprieto a Winston Churchill en sus relaciones con los americanos.

Hubo siempre un halo de faute de mieux alrededor de la campaña de Arakan.  Las primeras instrucciones operativas cursadas por Wavell al Ejército de Extremo Oriente, en septiembre de  1942, preveían un ataque por mas contra los aeródromos japoneses de la isla de Akyab; el ataque lo lanzaría la Brigada autónoma 29, que en aquel momento cambatía en Madagascar.  El avance por tierra, desde Chittagong, de la División 14 india, mandada por el general de división Lloyd, no debía ser más que una maniobra de diversión, encaminada a atraer la atención de la débil guarnición de Akyab.  Todas las fuentes oficiales convienen en que Wavel basaba estos planes en el esperado refuerzo de los efectivos de la RAF en la India.  La Task Force especializada, cuya llegada estaba prevista para octubre, iniciaría la operación Akyab en diciembre.

Sin embargo, entró entonces en juego la cuestión de la prioridad del Norte de Africa.  Por lo tanto, Wavel no recibiría ni la Brigada 29, ni los medios de desembarco, ni las unidades de escolta necesarias para el ataque por mar.  No obstante, la operación en tierra empezó el 21 de septiembre de 1942 y, a pesar del número limitado de los medios disponibles, se avanzó rápidamente por la península de Mayu; las perspectivas de éxito eran alentadoras.  La Brigada 6 británica, que se había preparado en Chittagong para participar en la operación anfibia, y las embarcaciones que le había asignado la llamada Flotilla 2000 o Flota de Wavell, se pusieron entonces a disposición del ejército de Extremo Oriente (teniente general Irwin).  La brigada debía mantenerse preparada para efectuar la corta travesía hasta Akyab en cuanto se echase de la península a las fuerzas enemigas.

Probablemente, los acuerdos de Casablanca contribuyeron a inspirar las instrucciones que Wavell dio, el 19 de noviembre, a las tropas de Extremo Oriente.  Sus despachos insistían en que él no habría enviado jamás fuerzas no adiestradas al corazón de la jungla. inicio

El avance por las primeras pendientes montañosas se vio retrasado por la existencia de pantanos cubiertos por una densa maraña de mangrovias, así como por numerosas hondonadas formadas por la marea ( chaungs).  Por otra parte, la capacidad de la carretera costera para el flujo de los abastecimientos era siempre limitada; pero en la frontera india había dos pequeños barcos de vapor disponibles para transportar tropas y equipo pesado desde Chitagong hasta Cox’s Bazar.  Al sur de la estación ferroviaria terminal de Dohazari sólo había 16 km de carretera asfaltada; después continuaba una pista de firme natural, de poco más de un metro de anchura.  En septiembre, el primer cometido de los ingenieros de a división fue prolongar la carretera hasta Cox’s Bazar, desde donde la Brigada 123 estaba abriendo una pista hasta el Río Naf; desde allí era posible, con los sampanes, llegar al puerto de frontera de Maungdaw.

En octubre, las órdenes operativas del Ejército de Extremo Oriente se basaban en la  optimista previsión de que se conseguiría trasladar una brigada a la línea Maungdaw-Buthidaung antes del 1 de diciembre; incluso, uno de sus batallones debería encontrarse en Rathedaung, al otro lado del Mayu, para neutralizar posibles intentos enemigos de remontar el río desde Akyab.  Una segunda brigada, con misión de apoyo, se situaría en el sector Cox’s Bazar-Tumbru, y una tercera (de reserva) en Chittagong.  A unos 50 km al Este, más allá de las majestuosas regiones del Arakan, se señaló la presencia de patrullas enemigas en el valle de Kaladan.  Una operación estudiada y puesta en práctica con las modalidades tácticas en uso en la frontera noroccidental sería muy débil por el flanco.  Para hacer frente a este peligro se envió al río Kasladan un destacamento de la legión indígena, unidad reunida por jefes de tribu Pathani; pero demostró una lealtad muy dudosa fue sustituida por la banda Tripura que, encuadrada en la unidad del flanco, formada por Soutcol( teniente coronel J.H.Souter), tomó parte en gran número de combates. A pesar de las condiciones atmosféricas extremadamente desfavorables, el general Lloyd continuó avanzando con buen ritmo.  La primera reacción japonesa ante el avance ango-hindú fue la de enviar a casi todos los hombres de la guarnición de akyab a ocupar Buthidaung y Maungdaw.  El 23 de octubre, una patrulla Punjab atacó tropas enemigas que estaban desembarcando en Buthidaung para establecerse en posiciones avanzadas, situadas a caballo de la cadena del Mayu.

Los acontecimientos que se sucedieron después nos ofrecen un típico ejemplo de la excesiva cautela que, a lo largo de toda la campaña, alternativa con la incauta tendencia a no querer reconocer el fracaso de una operación.  El general Irwin, decidido a impedir que fracasase esta primera operación por el Arakan, ordenó a Lloyd que esperase para atacar hasta que la carretera procedente de Cox’s Bazar permitiese a la Brigada 123 y ala Brigada 47 india estar completamente reunidas antes de aventurarse contra las posiciones enemigas.  Pero unos días después, las lluvias torrenciales cortaron de nuevo las comunicaciones.  Los japoneses, decidiendo no combatir sobre la línea de sus posiciones avanzadas, se habían retirado, de modo que, cuando el 17 de diciembre las patrullas británicas llegaron a ellas, no encontraron ni rastro del enemigo.  Buena parte de las fuerzas japonesas descendió por el curso del río y llegó a Kondan, en la orilla occidental del Mayu, para constituir una espina en el flanco del avance inglés por la costa y, al mismo tiempo, y de forma más inmediata, para cubrir Rathedaung:  este centro, situado en la orilla opuesta, constituía el siguiente objetivo de la División 14. La primera campaña del Arakan puede dividirse en dos fases distintas.  La primera terminó, tras un tortuoso avance por la costa, en una serie de desesperados e inútiles intentos de  desalojar al enemigo de sus posiciones, situadas en el extremo de la península; la segunda comenzó hacia finales de febrero, cuando los japoneses, después de recibir esfuerzos, lanzaron contraataques sobre los flancos.  Según las órdenes cursadas por Irwin el 10 de diciembre, la División 14 india, apoyada por los ya superados Hurricante y Blenheim, deb´+ia ocupar la península y el centro de Rathedaung antes del 15 de enero.  La terminación de la pista que conducía a Punta Foul, pista practicable en buenas condiciones atmosféricas, permitiría a la Brigada 6 británica avanzar para emprender la operación Akyab, prevista para quince días después. inicio

El día 1 de enero, algunas patrullas de la  Brigada 47 llegaron sin contratiempos al extremo de la península, a Punta Foul.  Pequeños grupos de japoneses, que entonces entraron en contacto con el 1/VII Rajputana, se retiraron a las primeras pendientes montañosas.

La situación se presentó muy diferente cuando, una semana después, Lloyd decidió moverse hacia Punta Foul.  El 1 de fusileros Innikilling, que se lanzó al ataque, primero con una compañía y después con todo el batallón, se vió rechazado por el fuego procedente de las trincheras escondidas que el enemigo había cavado ingeniosamente en Donbaik, donde la franja costera se estrechaba.  Los hombres del Inniskilling, que en aquel combate sufrieron 100 bajas, se vieron sorprendidos además por la espalda por el fuego procedente de posiciones para tiradores aislados, que ellos habían dejado atrás sin sospechar nada; por si todo eso fuera poco, de la jungla procedía un intenso fuego contra el  flanco.  En un frente de pocos centenares de metros, entre el mar y una alta pendiente cubierta de bambúes, los japoneses habían organizado un sistema de fortificaciones en profundidad que, después de la llegada de refuerzos, se mejoró hasta convertirse en una completa red de bunkers.

Irwin culpó a Loyd de no haber utilizado todos los efectivos disponibles para lanzar una audaz ofensiva en dirección a Punta Foul, basándose en la hipótesis de que los japoneses, numéricamente inferiores y dispersos, se habrían visto obligados a replegarse para defender Akyab.  Todo ello eran conjeturas apoyadas por sabiduría a posteriori; pero lo cierto es que los responsables de Delhi no habían conseguido poner a disposición de Irwin ni de Lloyd las embarcaciones costeras solicitadas varias veces para constituir una base operativa en Maungdaw: así pues, el grueso de las operaciones tuvo que llevarse a cabo a unos 250 Km de distancia de la base de chitagong. La plena conciencia de los peligros que corría por el flanco indujo a Lloyd a hacer avanzar a la Brigada 47 más allá de las elevaciones, una operación bastante difícil que, sin enlaces de radio internos, supuso un continuo desplazamiento de tropas de una vertiente a la otra, y muchas veces a través de selvas vírgenes.

No esperando nada más que una simple actividad de patrullas a lo largo del Mayu, el 4 de enero las fuerzas japonesas situadas en Kondan cruzaron el río para evitar ser empeñadas en combate con el X Lancashire, que estaba llegando; por la orilla oriental del río, la citada unidad inglesa se dirigía hacia Rathedaung, otra localidad no guarnecida antes por el enemigo.  Hammond (Brigada 123) había enviado a los hombres del Lancashire por el río en embarcaciones pero, sin Bren-carrier y sin recuas para el transporte de municiones y víveres, deberían conquistar Rathedaung en un decidido y rápido avance.
El Alto Mando japonés en Birmania reaccionando con lentitud ante el peligro de perder los aeródromos de Akyab, decidió reforzar sus posiciones en la zona de Arakan, transfiriendo allí la División 55, al mando del general Tkishi Koga.

Los continuos ataques de la RAF a las rutas costeras y a la larga pista que cruzaba las montañas crearon un grave embotellamiento en Taungup.  En lo referente a los abastecimientos, los japoneses parecían encontrarse en una situación aún más crítica que la de Lloyd, y sólo la mayor aptitud de los soldados japoneses para sobrevivir con lo que podían encontrar por el camino constituía un remedio parcial.

A fines de febrero, la división de Koga (Regimientos 112, 143 y 214) se había reunido casi por completo, y él pensaba ya en una contraofensiva.  Sus órdenes eran constituir una cortina de protección alrededor de Akyab, a lo largo de una línea que, corriendo aproximadamente por la mitad de la península, uniese Indin, en la costa, con Hitzwe, en la orilla oriental del río Mayu.  Desde su posición central, en la confluencia de los ríos del Arakan, Koga podría atacar rápidamente, uno tras otro, a los tres grupos ingleses.
Para ello Koga organizó su división en cuatro columnas, una de las cuales estaba mandada por un dinámico coronel, llamado Tanahashi; correspondería a los dos batallones y al regimiento de artillería de Tanahashi, así como las otras unidades que iría pasando bajo su mando al avanzar la operación, llevar a cabo las fases segunda y tercera.  En esta operación, el factor sorpresa contó mucho menos de lo que se podría suponer.  El ambiciosa plan japonés se vió frustrado por el vigor de la acción inglesa, así como por la acción hostigadora llevada a cabo por la RAF. inicio

ACCIONES OFENSIVAS LIMITADAS POR LA DERECHA Y POR LA IZQUIERDA
En algunas ocasiones, en terreno abierto, los soldados indios demostraron que no eran inferiores a los japoneses en cuanto a empuje y valor.  El 14 de mayo, después de sufrir seis ataques en un punto clave sobre una elevación del valle del Mayu, el 2/I Punjab  lanzó un ataque a la bayoneta que obligó al enemigo a huir desordenadamente por los arrozales, donde los diezmó el fuego de la artillería.  Havildar Parkash Singh (del 5/8º Regimiento Punjab ) fue condecorado con la Victoria Cross  por haberse lanzado dos veces, con su vehículo oruga, en medio de un fuego infernal para salvar a las tripulaciones de tres Bren-carrier  en un trecho de playa descubierto.  Sin embargo, y en general, las rápidas acciones ofensivas por la derecha y las maniobras envolventes por la izquierda, efectuadas por los japoneses, consiguieron sus objetivos tan pronto que Koga, llevando siempre la iniciativa, tuvo tiempo (antes de la llegada de los zones) de volver a ocupar la línea Maungdaw-Buthidaung, línea que representaba por lo menos una garantía  más contra una posible reanudación de la ofensiva británica.

Ahora la situación se había invertido en Donbaik.  Wavell, no queriendo replegarse por fidelidad a una victoriosa simbólica, dejó escapar toda posibilidad de constituir una fuerza móvil de capaz de neutralizar las columnas enemigas.  En Donbaik, en un día tranquilo, se podía observar la enorme extensión de espesura y notar la completa falta de movimiento, excepto, tal vez, el furtivo levantamiento de una red mimética colocada para poder disimular una posición enemiga.

Una tras otra, utilizando procedimientos tácticos parecidos, cuatro brigadas intentaron romper el callejón sin salida que se había creado en Donbaik, dejando pasar deliberadamente, entre un intento y otro, largos períodos de tiempo, determinados por las innumerables dificultades que afectaban al flujo de los abastecimientos.  Entre el 18 y el 19 de enero, dos batallones de la Brigada 47 efectuaron un nuevo intento, uno de ellos operando en las primeras pendientes montañosas y el otro lanzándose al ataque en un terreno cubierto de vegetación; pero ambos sufrieron graves pérdidas, especialmente entre los oficiales.  Después fueron algunos contingentes Punjab y Rajputana los que tuvieron que hacer frente a un densísimo fuego de ametralladoras y de morteros procedentes de puntos no localizables en el interior de la intrincada jungla que se extendía por el flanco.  El apoyo de la artillería y de la aviación nunca pudo concentrarse adecuadamente. ¿Podía estar la solución en los carros de combate?  Entonces se pusieron ocho Valentine a disposición de la Brigada 55 india ( general de brigada J.M. Hunt), que estaba preparándose para lanzar  un nuevo ataque, sin embargo, el mando del Cuerpo de Ejército expresó una opinión desfavorable, observando que una fuerza tan reducida no sería  eficaz contra líneas defensivas provistas de bunkers.

Los acontecimientos demostraron después, que estas afirmaciones estaban muy bien fundadas.  El día 1 de febrero, hasta unos minutos antes de la hora cero, Hunt dudaba aún en utilizar los carros de combate, llegados por la noche anterior, y que habían dispuesto de poco tiempo para desarrollar una adecuada actividad de reconocimiento y coordinar sus planes de acción con los de la infantería.  Pero, de pronto, un desacostumbrado estruendo de motores rompió el profundo silencia que reinaba en la zona:  eran los  primeros Valentine que se aventuraban por el terreno accidentado; tres de ellos acabaron pronto en los fosos contracarros dispuestos por los japoneses, y otros dos fueron inutilizados por los cañones.  Algunas unidades de infantería, que tenían que apoyar la acción de los carros de combate, se vieron empeñadas en combates con patrullas enemigas y no pudieron llegar a la base de partida; la segunda fase del ataque con medios acorazados ni siguiera se intentó.  No obstante, la Brigada 55, que excepcionalmente comprendía tres batallones indios y que había participado en todas las fases de la campaña, desbordó muchas posiciones japonesas durante un violento ataque, que duró tres días, pero que luego no pudo continuar.inicio

Wavell se trasladó personalmente al Arakan y decidió confiar a la Brigada 6 inglesa la misión de efectuar un último intento para vencer la resistencia japonesa en Donbaik, aunque se daba cuenta de que Akyab era ya inalcanzable.  Cavendish, comandante de la brigada, debería cooperar con la Brigada 71 india ( general de brigada G. C. C. Bul).  Para que Lloyd pudiera dedicar toda su atención a la operación Donbaik, en marzo se constituyó, bajo las órdenes del general de brigada H.C. Curtis, la mayforce, destinada a  asumir la dirección de las operaciones al este de la cadena del Mayu.  Mientras tanto, los síntomas de unapróxima contraofensiva japonesa habían convencido a Lloyd de que era conveniente colocarse a la defensiva, tesis con la que, en un primer momento, también Irwin se mostró de aucerdo.  Sin embargo, Wavell, alentado por Churchill, se mostró contrario a aquella idea:  su deseo era cerrar la estación favorable para las operaciones militares con un éxito decisivo, con el fin de  demostrarles a nuestros soldados y a los japoneses que nosotros podemos y queremos ser los más fuertes
Estas presiones opuestas contribuyeron, sin duda, a poner a prueba las relaciones entre los tres comandantes; Delhi continuaba mostrándose contrariada por la idea de que la barrera en la carretera de Donbaik no pudiera romperse con un ataque en fuerza. Lloyd decidió entonces disponer tres brigadas en la cordillera del Mayu para lanzar un ataque decisivo contra las posiciones de la línea Donbaik- Lanungchaung; pero, una vez más, su plan fue anulado por Irwin, quien se mostró partidario de ataques limitados y estudiados de forma tan detallada que cada hombre conociera el cometido de desempeñar durante el combate.  Se hizo regresar a la Brigada 71 para asegurar la protección del ya amenazado flanco izquierdo, por lo que el ataque final contra Donbaik, defendido en aquel momento por tres batallones japoneses, se confió a la bien adiestrada Brigada 6 inglesa ( I Royal Scots, II Batallón de infantería ligera Durham, I Royal Berkshira y el I Batallón de fusileros Royal Welch), que encuadró también a un batallón Lincoln y otro Punjab.

El 18 de marzo por la mañana, los fusileros del Royal Welch, animados por un gran espíritu combativo, llegaron a la cumbre de dos colinas que constituían los reductos principales de la línea defensiva japonesa.  Pero, utilizando las palabras de un experto militar, ningún soldado en el mundo habria podido resistir en aquel terreno descubierto.

Sin embargo, Wavell no quería resignarse.  Al día siguiente se trasladó de nuevo en avión a la zona de operaciones y rechazó la actitud defensiva propuesta por Irwin, quien sugería la conveniencia de guarnecer posiciones  dispuestas en profundidad en espera de que lelgara el monzón, insistiendo en que aún era posible echar a los japoneses de la península.  Evidentemente- escribió después- ello no era posible dejando el mando en manos de Lloyd, puesto que éste ya parecía resignado; pero si asumía el mando Lomax, pensando que la cosa era factible.  Wavell estaba muy dispuesto a apoyar otro intento.inicio

Dada la precaria situación de la Brigada 47 (ahora bajo el mando del general de brigada R. A.A. Wimberley), en el extremo oriental de las principales pistas que cruzaban la cadena del  Mayu, el 29 de marzo Lloyd ordenó que dicha unidad se retirara hacía la costa, para unirse a la Brigada 6 británica, que, a su vez, debía retirarse de la zona de Donbaik, orden en evidente desacuerdo con las instrucciones de Irwin de no ceder terreno.  Al día siguiente, en espera de la llegada de Lomax, Irwin alejo a Lloyd, asumiendo personalmente el mando de las operaciones.  El era quizás más consciente del peligro de que, si adquiría mayor impulso, la ofensiva japonesa se podría extender a la India antes de que el inminente monzón obligase a ambas partes a suspender toda actividad operativa; y, sin embargo, a la luz de los acontecimientos, la valoración de la campaña dada por Lloyd parecía la más realista de las dos.  Exhortando a Wimberley a <<sacar las unas>>, Irwin ordenó a Cavendish que se estableciera sólidamente en Donbaik.  Pero la columna de Tanahashi, cruzando el río Mayu, ya estaba cortando la retirada a la Brigada 47.  Wimberley ni siquiera tuvo en cuenta las órdenes de resistir a ultranza que le diera Irwin el 1 de abril, puesto que, como él mismo dijo, dichas órdenes no podían  en modo alguno cumplirse en aquella situación; conclusión igualmente aplicable al mensaje enviado por Wavell aquel mismo día, en el que daba instrucciones para la reanudación de la ofensiva a ambos lados del río Mayu.

Colocada entre la espada y la pared, en unos 18 km de terreno accidentado y con las reservas a punto de agotarse, la Brigada 47 se batió con gran coraje por cada una de las pistas que se dirigían hacía el Oeste, pero las tuvo que abandonar fatalmente una tras otra. Precisamente por aquellos días de crisis se produjo el acontecimiento más grave de toda la campaña.  Una de las primeras operaciones de Lomax fue la proyectada por su predecesor de retirar de Donbaik a la Brigada 6 inglesa; pero el 3 de abril, irrumpiendo por una de las pistas de la jungla, una columna japonesa constituyó una fuerte barrera en la carretera al norte de Indin.  La Brigada, aislada, abastecida a través de las playas en las horas de maraea baja, logró por fin eliminar a los japoneses y se concentró en Indin con la orden de volver a establecer contacto con las fuerzas de Wimberley.

Pero Tanahashi estaba más cerca de su objetivo de lo que todos suponían.  El 5 de abril, por la noche, un grupo enemigo, atacando por el Este, se infiltró en Indin y él volvió al puesto  de mando de Cavendish.  Como no podía comunicarse con sus batallones, éste se puso en contacto telefónico con el comandante de la artillería y le pidió que dispusiese el envío de refuerzos para las primeras horas del amanecer y que la brigada 47 se retirase inmediatamente sobre la costa.  El contraataque inglés dio buenos resultados, pero los japoneses, al retirarse, se llevaron a la jungla a Cavendish, quien había caído prisionero con todos los oficiales de Estado Mayor.

En un mes, Koga había alcanzado todos sus objetivos, infligiendo una grave derrota a fuerzas enemigas superiores; el único punto aún no resuelto era si los ingleses a los japoneses ocuparían las posiciones de la línea Maugngdaw-Buthidaung durante la época del monzón.  Con esta finalidad, el general japonés, conteniendo la retirada por la costa, concentró el grueso de sus fuerzas al este de la cadena del Mayu para lanzar una ofensiva contra Buthidaung.

El 14 de abril, el teniente general W.J. Slim, comandante del Cuerpo de Ejército XV indio, asumió el mando de todas las fuerzas situadas en el sector del Arakan, introduciendo nuevas ideas en cuanto a la manera de enfrentarse a los japoneses.  Dos brigadas indias de refresco, la 4  y la 36, aliviaron la situación; pero los planes de Slim, de infligir al enemigo un golpe mortal, tenían un punto muy débil:  sus ideas no tenían en cuenta la baja moral de las tropas.  A muchas unidades no se las había podido sustituir; además, las fuerzas disponibles para la sustitución eran jóvenes reclutas, sólo parcialmente adiestrados, y, por añadidura, la malaria estaba produciendo un gran número de víctimas.inicio

Se trabaron muchas y feroces batallas, especialmente en la zona de los túneles que dominaba la carretera Maungdaw-Buthidaung, bajo el calor sofocante que precede a las grandes lluvias.  El 3 de mayo, el x Batallón de fusileros Lancashire, que se encontraba en Rathedaung, tuvo que retirarse de las elevaciones y la noche siguiente los japoneses consiguieron cruzar la carretera, destruyendo definitivamente toda esperanza inglesa de mantener su dominio en Maungdaw o en Buthidaung.  Las acciones retardadoras de los días siguientes sirvieron para cubrir una retirada general a posiciones adecuadas para soportar los monzones, en una línea situada más al Norte.

La tesis, compartida por muchos en el curso de aquellos días, de que en el sector de Arakan sería suficiente llevar a cabo una acción de contención, ante la imposibilidad de efectuar desembarcos en Akyab, ha de valorarse a la luz de un hecho revelado por los documentos japoneses de la época:  el primer avance anglo-indio desbarató los preparativos que el enemigo estaba llevando a cabo para una invasión del Assam septentrional.  La última acción de Wavel fue la de sustituir a Irwin por el general sir George Giffard en el mando del Ejército de Extremo Oriente; no obstante reconoció que él era el mayor responsable del fracaso, diciendo: Le confié a una pequeña parte del Ejército una misión que estaba por encima de su adiestramiento y de su capacidad.  De todas maneras, la División 14 india desempeñaría después un panel importantísimo en las sucesivas y victoriosas campañas en las junglas de Birmania como unidad de adiestramiento.  No cabe duda de que sus hombres supieron sacar muchas enseñanzas de la dura lección recibida. Arakan habría podido seguir siendo una pequeña mancha en los mapas militares, pero se transformó en una pieza importante en el gran tablero de la estrategia aliada.  Pocas campañas de envergadura tan limitada como ésta acabaron teniendo mayores consecuencias o convirtiéndose en objeto de tantas presiones.  Pasando a través del Ejército de Extremo Oriente, en Barrackpore, cerca de Calcuta, para llegar hasta el Alto Mando indio, en Delhi, la cadena del mando debía dar lugar, inevitablemente, a órdenes contradictorias.  En lo que se refiere a las implicaciones políticas, la retirada del Arakan no podía coincidir de forma más inoportuna con la inminente participación de Churchill en la conferencia Trident de Washington, en la que, entre otras cosas, se proponía pedir a los americanos que mostraran un interés más activo hacía el papel de la India en la guerra contra el Japón.  La conquista de Akyab antes de mayo de 1943 había sido uno de los objetivos que se establecieron en la conferencia de Casablanco, y después de haber visto desvanecerse la ocasión favorable, el Primer Ministro inglés no estaba dispuesto a aceptar la idea de un revés total en aquel sector.  Observó que en Washington todos se mostraban profundamente insatisfechos por la escasa energía demostrada en la operación; Wavell, que lo acompañó, encontró tan irritantes las críticas de Churchill que no fue nada fácil disuadirlo de la idea de presentar su dimisión.

Sólo en esta amplia perspectiva es posible examinar las desilusiones y el aparente error de lo sucedido en Arakan,  Wavell subrayó lo absurdo de hablar de aquellas operaciones como de una invasión de Birmania; no obstante, bajo su impulso, nueve brigadas acabaron empeñadas, en varias ocasiones, en una campaña que se inició como una pequeña acción de reconocimiento en fuerza.

También Churchill escribió, que combatir a los japoneses en junglas pantanosas era como meterse en el agua para luchar contra un tiburón.

En medio de la confusión de los acontecimientos, con órdenes procedentes de Delhi y de Calcuta, con frecuencia anuladas incluso antes de cursarse, se acabó por destituir al comandante de división y al comandante del Ejército.  La historia indica que el amargo episodio del Arakan tuvo repercusiones en el nombramiento que determinó que el general Auchinleck, el legendario Auk de las fuerzas indias, fuera de nuevo comandante en jefe.  Tampoco se puede decir que sea excesivo considerar las enseñanzas del Arakan como uno de los elementos que contribuyeron a la realista decisión de crear el mando paralelo de Asía  sudoriental para las posteriores operaciones lanzadas desde la India,  Se pueden afirmar, realmente, que el Arakan tuvo consecuencias incalculables.  inicio

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