ARTICULO
EL LASER AEROTRASPORTADO: ¿UNA FANTASIA O UNA VISION HACIA EL FUTURO?
TENIENTE CORONEL STEPHEN A. COULOMBE, USAF
Tiempo vendrá, cuando miles levantarán sus;miradasPara observar una prolongada batalla en los cielos, Mientras
viejos campesinos, asombrados, sin poder hablar, fijarán sus ojos en flotas voladoras de portentosos pájaros.Thomas Gray, 1737El desarrollo del Poder Aéreo en su más amplio sentido, incluyendo el de todos los medios para combatir misiles
que se desplazan a través del aire, sea disparados o lanzados, es lo más esencial de nuestra supervivencia en la
guerra.Vizconde Hugh M. Trenchard, 1946A menudo, las nuevas ideas se confunden con el escepticismo y a veces con la ridiculez. Sin embargo, ellas nos desafían a
reconsiderar ociones preconcebidas y a cuestionar la sapiencia convencional. Aunque el láser aerotrasportado de alta energía
(Airborne High Energy Laser- HEL) no es una nueva idea en el desarrollo de los láseres, ahora requiere una renovada
atención de la Fuerza Aérea y del Departamento de Defensa, puesto que el láser aerotrasportado (Airborne Laser- ABL) es
justamente una idea cuya oportunidad ha llegado.En los días previos al vuelo motorizado, cuando globos y dirigibles ocupaban la imaginación y parecían ser el único camino
para navegar por el aire, la gente se reía de los intentos de construir máquinas más pesadas que el aire. En 1807, el buque a
vapor de Robert Fulton fue considerado una locura, pero luego se convirtió en uno de los modos más exitosos de trasporte
comercial. Los primeros intentos del Gral. William (" Billy" ) Mitchell para hundir buques de guerra mediante el bombardeo
aéreo, también fueron ridiculizados. Pero él probó en julio de 1921 que las críticas eran equivocadas, cuando dirigió a la 1ª
Brigada Aérea Provisional durante un ejercicio de bombardeo en las afueras de la costa atlántica y hundió el acorazado
Ostfriesland. Finalmente, la primera batalla de tanques no fue muy exitosa hasta que la tecnología progresó y tal vez aún más
importante hasta que la doctrina y las tácticas avanzaron suficientemente como para hacer realmente eficaz al tanque.
En los comienzos de la aviación militar, las bombas y las aeronaves estaban consustanciadas en el concepto de bombardeo
estratégico de largo alcance, pero estallaron amargos debates sobre sus méritos.1 La interpretación de los eventos de la II Guerra Mundial favorecieron a las dos partes de esa controversia, en tanto que las preguntas se prolongaban sobre la eficacia del bombardeo. La verdadera promesa del bombardeo aéreo en una guerra convencional, parece haber sido concretada sólo recientemente en la guerra del Golfo. Nunca en la historia de la guerra en el aire, el mundo había presenciado los efectos del bombardeo aéreo con tales detalles gráficos, informados por la casi instantánea filmación de esas escenas por la televisión. Fue un impactante testimonio sobre los avances en la moderna tecnología del armamento.
La utilización precisa del armamento, un elemento importante en un bombardeo aéreo efectivo, estaba ausente en los días de
Giulio Douhet y Mitchell, aunque ellos anticiparon su potencial. El éxito de los F-15E, F-117A, y los A-10 en la Guerra del
Golfo fue debido al matrimonio de plataformas aéreas capaces portadoras de sensores y equipos de navegación exactos con
bombas guiadas de precisión y misiles. El viejo escepticismo sobre el bombardeo aéreo de largo alcance finalmente había
pasado al descanso. Lástima que demandó tanto tiempo. Este parece haber sido un caso de tecnología que finalmente
coincidió con la doctrina.
La combinación de plataformas aéreas, sensores, y la ultraprecisión inherente a las armas HEL, prometen extender el éxito de
la precisión que tuvo la aplicación del armamento airetierra en la Guerra del Golfo, a los futuros encuentros aireaire de todo
tipo. Los vehículos aéreos son generalmente muy exigidos y vulnerables debido a su construcción con materiales livianos y a los
altos rendimientos que se les demandan continuamente. El poder de un arma silenciosa, de muy largo alcance, y con la
velocidad de la luz es asombroso durante la guerra en el aire. El ABL promete convertir en realidad esta posibilidad,
proporcionando una defensa contra los misiles usados en el teatro como los Scuds, que causaron un gran porcentaje de bajas
en la guerra del Golfo y demandaron un número significativo de salidas aéreas de la coalición.La defensa contra misiles en el teatro (Theater Missile Defense - TMD) está en estos momentos en la vidriera, como lo estuvo
al principio el bombardeo aéreo. Sin embargo, los desacuerdos dentro y entre las fuerzas sobre roles y misiones en el ámbito
del teatro están impidiendo el progreso de la TMD. ¿Cuál es el mejor modo de liquidar a los misiles balísticos de teatro
(Theater Ballistic Missiles TBM), y quién tendría esa responsabilidad? Este artículo no resolverá este problema, pero
esperamos que estimulará el debate sobre el impacto que puede llegar a tener la tecnología HEL en la futura guerra en el aire, y
las maneras como esa arma puede ser empleada, particularmente como una solución al intimidante desafío de la TMD.Más aún, la tecnología y la doctrina todavía no se han unido para hacer del ABL un sistema de armas TMD viable. La
tecnología sola no puede hacer el trabajo de los ABLs. Tecnologías ABL complejas (como ópticas no refrigeradas, espejos
deformables, compensación atmosférica, y artefactos de láseres químicos livianos) pueden estar actualmente suficiente ente
desarrollados, pero la doctrina para la guerra en el aire con HEL, virtualmente no existe. No hay base experimental para tales
armas. Si el ABL se convierte en un arma exitosa, el desarrollo de la doctrina tiene que avanzar al mismo paso que la evolución
de la tecnología.¿Es la tecnología la respuesta?
La tecnología ABL está llegando a su madurez. Ahora existen aeronaves que pueden servir de plataformas para trasportar
tripulaciones, combustibles y equipos que constituyen un sistema de armas láser, con una potencial y elevada eficacia operativa.
Esto significa que los ABLs pueden ser utilizados en una variedad de misiones, incluyendo la destrucción de TBM a distancias
de más de 400 km, las amenazas aéreas y misiles de crucero a más de 100 km, y la defensa de elementos aerotrasportados de
alto valor contra misiles aireaire y superficieaire (Surface-to-Air Missiles - SAM). También pueden realizar vigilancia, comando
y control (Command and Control - C), y dirección del combate, mientras conservan una capacidad efectiva de autodefensa.
Estas misiones pueden cubrir amplias zonas mediante la capitalización de la flexibilidad y capacidad de rápida respuesta
inherente al poder aéreo, mientras que la precisión del ABL es un potente multiplicador de fuerza para actuar sobre la etapa
inicial de empuje del misil que intercepta. Esta visión de la eficacia futura del ABL es posible, debido a nuestras inversiones
durante muchos años en el desarrollo del sistema HEL, que incluye una importante cantidad de trabajo realizado a fines de los
años 70 y comienzos de los 80 con un HEL embarcado.Ciertamente, los interrogantes continúan. ¿Cuán efectivo y caro sería este sistema de armas? ¿Puede ser fabricado con la
disponibilidad operativa, confiabilidad, y robustez que se requiere en tiempo de guerra? ¿Sería esta tecnología especializada
nueva para el mundo operativo de la Fuerza Aérea de posible mantenimiento y uso continuo en el terreno? ¿Se necesitaría
algunas décadas más de desarrollo, pasos en falso, y refinamiento para completar el pleno potencial de esas armas? ¿Vale la
pena hacer inversiones adicionales? Debemos responderlos, puesto que el producto probable es muy valioso. Si las vallas
tecnológicas y programáticas (por ejp. costo y cronología) pueden ser salvadas, entonces ¿qué impacto tendrá el HEL en la
futura guerra en el aire?Investigación, desarrollo, y ensayos
Las partes principales de un sistema HEL aerotransportado son la plataforma (avión), el sistema sensor (" ojos" ), el artefacto
HEL ("válvula de fotones" ), y el sistema indicador y de seguimiento (" control de los rayos" ). Por supuesto, son requeridos
otros elementos terrestres y embarcados para apoyar al sistema, pero no definen el ritmo del desafío técnico.Muchos de estos elementos, en modelos menos avanzados, ya han sido ensayados a bordo de plataformas volantes. El primer
sistema HEL embarcado fue el laboratorio láser aerotransportado (Airborne Laser Laboratory ALL) de la Fuerza Aérea, que
voló haciendo su último ensayo láser en 1983 (y ahora permanece en el Museo de la Fuerza Aérea en la Base Aérea
WrightPatterson, Ocio). Sin embargo, ALL era un laboratorio no un sistema de armas.2 Los científicos lo usaron para
aprender sobre la propagación de los láseres a través de la turbulencia de la capa límite de una aeronave y en la atmósfera que
lo separa de un objetivo. Con tecnología de los años 70, el ALL demostró la potencia de un láser de la clase medio megavatio;
niveles de decenas de microradianes de oscilaciones (un movimiento indeseado debido a la vibración de la aeronave y a la
turbulencia atmosférica) del rayo láser intenso; y un preciso y seguro control del haz. Para probar futuras aplicaciones
potenciales, el ALL realizó ensayos con rayos láser sobre blancos remolcados, misiles aireaire AIM-9B detectados y
derribados, y blancos autopropulsados de control remoto volando al ras del mar, simulando misiles crucero marítimos, que
fueron destruidos.3A pesar de estos dramáticos éxitos, el ALL no era adecuado para ser declarado un sistema de armas operativo en 1983, ni
tampoco es candidato para la misión TBM de hoy día. Después de todo, era experimental no un sistema de armas totalmente
desarrollado. La longitud de onda del láser dinámico de gas era de 10.6 micrones que, combinado con componentes ópticos
de limitadas dimen siones, producían una pobre propagación del haz a distancias superiores a los 10 km. Tan importante como
eso era que el sistema no había sido diseñado para ser operado o mantenido desde un avión de combate. Sin embargo, nos
dio una visión de la clase de daño devastador que los HELs podrían causar cuando operaran desde una aeronave, y asociado
con la inherente flexibilidad y movilidad del poder aéreo. El sistema ALL rastreó y produjo agujeros por quemadura en pocos
segundos a blancos aéreos de alta velocidad, motivando que perdieran el control y se estrellaran. En breve, ¡este poder de
fuego era impresionante! La experiencia reunida con el ALL, ahora hace que muchos proponentes del ABL insistan sobre este
caso como posible arma para el TMD.