¿ DECISIVA O COERCITIVA?
La guerra es demasiado importante para dejarla en manos de los generales.
-Georges Clemenceau
MIENTRAS QUE los aviones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) llevaban adelante una campaña aérea de precisión sin precedentes en contra de la antigua República de Yugoslavia, la OTAN celebraba su 50° aniversario en Washington, D.C. La solidaridad de la OTAN estaba en juego. Durante 78 días, la alianza más poderosa del mundo parecía estar al borde de la fragmentación. Para alivio de la OTAN, Serbia se rindió después de una campaña militar cargada de una política gradual e intromisiones políticas importunas. Según la opinión de muchos defensores del poderío aéreo, la Operación Fuerza Aliada Justificaba la doctrina aerospacial decisiva. Para otros, Fuerza Aliada fue un mal empleo de la doctrina aerospacial básica de la USAF. Sin la interferencia política de la OTAN, muchos fueron partidarios de que la campaña aérea hubiese registrado una victoria más rápida y asimétrica para la Alianza. Fuerza Aliada destacó una desproporción doctrinal significativa entre el poderío aéreo decisivo y el poderío aéreo coercitivo. La doctrina del poderío aerospacial de la USAF se enfoca casi exclusivamente en la idea de que el poderío aéreo es decisivo en los principales teatros de operaciones donde se estén librando las guerras. Por consiguiente, dicho enfoque subestima la discusión con respecto a la aplicación coercitiva del poderío aéreo en conflictos de tipo no tradicional como el de Kosovo. El resultado es un vacío doctrinal de pautas en la educación de los futuros líderes de la Fuerza Aérea para entender las complejidades y la naturaleza verdaderamente coercitiva del poderío aéreo. La Operación Fuerza Aliada constituyó un ejemplo primordial de la aplicación del poderío aéreo coercitivo cuyos resultados fueron mucho menos que decisivos. La causa origen de esta campaña aérea coercitiva ineficaz, radicaba en la oposición de los objetivos políticos o militares positivos y negativos. En su libro titulado “ The Limits of Air Power” ( Los límites del poderío aéreo), Mark Clodfelter define los objetivos positivos como “ aquellos que sólo pueden adquirirse mediante la aplicación del poderío militar” y los objetivos negativos como metas que “ sólo puede lograrse limitando la fuerza militar”. En su libro, Clodfelter explica que “ los controles políticos sobre el poderío aéreo provienen directamente de objetivos negativos y que el énfasis en los propósitos positivos o negativos, respectivamente, puede tener incidencia en la eficacia política del poderío aéreo”. Nuestra intención aquí no es apoyar la preferencia de expresiones de Clodfelter, que pueden ser engañosas si se mal interpreta que encierran una evaluación moral. Sin embargo, el emplear su tipología proporciona un entendimiento más claro de la interacción compleja de los factores militares y políticos de Kosovo. La intención de Clodfelter es hacer una comparación entre objetivos políticos y militares posiblemente bipolares que chocan para carear resultados opuestos y coercitivos de acción militar. La campaña aérea sobre Kosovo constituyó dicho ejemplo.
Fuerza Aliada resistió una fuerte interferencia por parte de los líderes políticos de la OTAN, lo que reveló la tensión entre el objetivo político negativo de la OTAN ( conservar la Alianza) y el objetivo militar positivo ( destruir u obligar a las fuerzas serbias a retirarse de Kosovo y detener la purificación étcnia). Este abismo entre los objetivos positivos y negativos fomentó la fricción y la frustracción entre los oficiales de más rango, lo que surtió un efecto adverso sobre la conclusión rápida de la campaña aérea. Durante el transcurso del tiempo, varios factores, además del poderío aéreo ( falta de apoyo ruso, la participación del Ejército de Liberación para Kosovo y el éxito de los serbios de lograr sus objetivos tácticos), obligaron a las fuerzas serbias a retirarse de Kosovo. Por lo tanto, uno puede argüir que el poderío aéreo no fue decisivo en evitar la destrucción regional, la migración de refugiados y la purificación étnica- todos originalmente objetivos militares positivos. Evidentemente, el objetivo negativo de la OTAN de conservar la alianza dominó la decisión de implementar una campaña aérea en aumento diligente. Además, contrario a los resultados positivos de la aplicación ilimitada del poderío aéreo, la política de Fuerza Aliada de proceder gradualmente quizás sea la norma para los conflictos de la coalición futuros. A diferencia de la orientación decisiva de la doctrina del poderío aerospacial de la USAF, todos los objetivos militares positivos se tornan subordinados al objetivo político negativo, y la Operación Fuerza Aliada empleó la coerción para expulsar de Kosovo al Ejército Serbio.
La operación Fuerza Aliada plantea preguntas con respecto al alcalde de la doctrina del poderío aerospacial de la USAF. ¿Está la doctrina destinada a ser un medio educativo práctico para librar la guerra, o es una estrategia de mercadeo concebida para competir con los servicios hermanos en un medio ambiente de presupuestos escasos? Para ser justos, el Centro de Doctrina de la Fuerza Aérea está abordando dichos temas al enfocar la doctrina desde el punto de vista del guerrero operacional. Varias publicaciones de doctrinas revisadas, tales como el Air Force Doctrine Document ( AFDD) 2-1, Air Warfare (Documento de Doctrina de la Fuerza Aérea [AFDD] 2-1, Guerra Aérea), trata un amplio espectro de las aplicaciones operacionales del poderío aéreo. En los documentos se recalca correctamente la importancia de entender las ambigüedades intrínsecas de la guerra y aplicar una doctrina sólida: “Por lo tanto, el adiestramiento tiene que ver con dominar el nivel de conocimiento necesario y luego desarrollar el criterio para emplear dicho conocimiento en la confusión de la guerra”. Sin embargo, se menciona muy poco que la aplicación del poderío aéreo quizás no sea decisiva, que no se le permita en paralelo ni aprovecharse de sus ventajas asimétricas en contra de un enemigo no tradicional.
En dicho caso, al AFDD 2-1 carece de una discusión importante con respecto a la aplicación del poderío aéreo fuera del actual pensamiento doctrinal.
En el AFDD 2-1 se describe una “nueva manera estadounidense de librar la guerra” que “ emplea el desplazamiento rápido de capacidades militares complicadas para emplear simultánea, fuerte y rápidamente, una amplia gama de blancos, con aplicación precisa, para moldear el conflicto de manera decisiva y evitar los resultados de agotamiento y aniquilación de guerras anteriores”. El punto principal es obvio: El poderío aerospacial moderno es decisivo y, por ello, la Fuerza Aérea no puede repetir los errores anteriores en que el poderío aéreo se empleaba en incrementos, gradualmente y con resultados coercitivos. De hecho, en el AFDD 2-1 se recomienda un conjunto de normas que exigen la ejecución decisiva por parte de los aviadores.
DOCTRINA FUTURA DEL PODERIO AEROSPACIAL : ¿ DECISIVA O COERSIVA?
En virtud de la hipótesis de que Estados Unidos probablemente libre todos los conflictos futuros en calidad de coalición multilateral, ¡ sería más beneficioso para la USAF adoptar una doctrina que refleje la característica decisiva o coercitiva del poderío aéreo? ¿Cuál de las dos es más útil para el guerrero cuando tiene que enfrentar guerras principales en el teatro de operaciones (v.g., la guerra del Golfo Pérsico) o conflictos no tradicionales como Kosovo?.
La respuesta radica en las expectativas de los comandantes militares y cómo dichas expectativas están entrelazadas con la doctrina de las fuerzas armadas. En su discusión sobre la naturaleza coercitiva del poderío aéreo, Robert Pape trata la necesidad de contar con una evaluación reciente de la aplicación del poderío aéreo. En el proceso, él propone tres distintos tipos de estrategias militares coercitivas: las campañas de castigo, de riesgo y de rechazo. Primero, las campañas de coerción por castigo infligen “ sufrimiento en la población civil, ya sea directa o indirectamente, al perjudicar la economía del país que se ha convertido en blanco. Los bombardeos o bloqueos navales pueden ocasionar la escasez de abastos claves tales como comida y ropa, o privar a los ciudadanos de energía eléctrica, agua y otros servicios esenciales”. Intencionalmente, se supone que las campañas de castigo obliguen rápidamente al gobierno de oposición a permitir o convencer a la población a sublevarse.- Segundo, las estrategias de coerción por riesgo giran en torno a la destrucción paulatina de blancos civiles y económicos a “ fin de convencer al oponente que habrá daños más severos si no se otorgan concesiones. “Tercero, las estrategias de coerción por rechazo están encaminadas específicamente a “atacar la capacidad militar del oponente de lograr sus objetivos territoriales o políticos, exigiendo así privilegios a fin de evitar el gasto frívolo de recursos adicionales.
Después de analizar la segunda guerra mundial y las guerras de Corea, Vietnam y del Golfo Pérsico, Pape concluye que “la coerción mediante el castigo rara vez funciona... si funciona (la coerción), es mediante el rechazo”.
Dicho discernimiento brinda una manera de aplicar el poderío aerospacial y coercitivo con relación a los objetivos militares y políticos, positivos y negativos, de la operación Fuerza Aliada. Pape opina que
El analizar la coacción militar sería mucho más relevante a la política actual que la del pasado. El fin de la guerra fría y el advenimiento de posibles influencias preponderantes regionales están cambiando la política de seguridad nacional apartándola de la disuasión de amenazas predecibles hacia una de reacción ante amenazas impredecibles después que surgen, haciendo preguntas acerca de cómo obligar a los países a modificar su comportamiento y centrarlo más en la política internacional. Dicha tendencia es también obvia en el papel emergente del poderío aéreo en la estrategia militar estadounidense.
La purificación étnica en Kosovo constituyó dicho reto al poderío aerospacial.
PLANIFICACION DE LA OPERACIÓN FUERZA ALIADA
La campaña aérea de la OTAN en contra de la antigua República de Yugoslavia se derivó del genocidio que tuvo lugar en Bosnia- Herzegovina de 1991 a 1995. Políticamente la OTAN pretendía evitar una repetición de las atrocidades cometidas en Bosnia, en parte porque los miembros de la OTAN consideraban la zona de los Balcanes como la sede de la inestabilidad histórica en Europa. Seguidamente después de haberse iniciado las operaciones de los militares serbios para purificar la provincia de Kosovo, la OTAN apoyó las negociaciones diplomáticas reaccionarias en Rambouillet, Francia, y comenzó a planificar la acción militar en contra de las fuerzas terrestres serbias.
En junio de 1998, los planificadores estadounidenses habían elaborado versiones múltiples de una campaña aérea en contra de las fuerzas serbias. Dichos planificadores tuvieron que tratar tres asuntos importantes: los objetivos políticos y militares, las relaciones de mando propuestas y la estructura de mando y la dinámica entre los líderes de más rango.
Objetivos estratégicos políticos y militares. Antes del primer bombardeo en Kosovo, los objetivos políticos y militares positivos principales de la OTAN eran el evitar que las fuerzas serbias llevaron a cabo la purificación étnica y obligar a Slobodan Milosevic, presidente de Serbia, a retirar sus tropas de Kosovo. Como tal, e General Wesley K. Clark, Comandantae Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa (SACEUR), enfrentó una tarea desconcertante de venderle el plan de una campaña aérea creíble a 19 ministros de defensa a la vez que convencía a los miembros de la OTAN que eran responsables de sus compromisos de emplear la fuerza militar, si así lo disponía el Concilio del Atlántico Norte (NAC) de la OTAN. Por motivos de seguridad y capacidades, planificadores seleccionados de la USAF llevaron a cabo todas la iniciativas de la planificación de combate , y la planificación por parte de la OTAN fue insignificante y limitada. Por consiguiente, la prioridad del General Clark era la de fomentar el consenso entre los miembros políticos de la OTAN que conocía muy poco acerca del plan de campaña aérea detallado. El objetivo político positivo en general de SACEUR chocó con el objetivo político negativo emergente de mantener el consenso y la unión de la OTAN. Como resultado, el plan finalizado de SACEUR, una campaña aérea de tres fases, no cumplió con las expectativas de la USAF de lograr los objetivos militares positivos. Incluso, las nociones más sencillas de aplicar una doctrina aerospacial decisiva fueron subordinadas al impacto político negativo que resultó de la falta de consenso por parte de la OTAN.
Las planas mayores encargadas de librar la guerra percibieron que las pautas de SACEUR con respecto a la planificación de la campaña aérea eran reaccionarias e impredecibles. El Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOG) de la OTAN en Vicenza, Italia, y el 32° Grupo de Operaciones Aéreas de la USAF en Ramstein, Alemania, recibían pautas de planificación deducidas, dependiendo de la adjudicación por parte de SACEUR de los objetivos militares positivos y los objetivos políticos negativos en conflicto. En calidad de jefe de estado mayor en el CAOG y en calidad de asistente especial provisional al SACEUR, el Coronel (USAF) William L. Holland, reflexionó sobre las ambigüedades de la campaña aérea y la influencia negativa que los objetivos políticos ejercían sobre el proceso de planificación:
El Consejo Asesor ( NAC) de la OTAN estaba supuesto a aprobar la planificación, pero las pautas llegaron de diferentes fuentes. Recibimos orientación y planes alternos, o derivaciones y secuelas, que no eran derivaciones ni secuelas. Eran planes totalmente diferentes con base en pautas diferentes. Planificamos mucho y creamos unos cuantos planes eficaces. Fue una pesadilla de planificación. La planificación era más una reacción que una visión estratégica. A medida que el medio ambiente, o los medios de comunicación, cambiaban, el SACEUR impartía pautas de planificación en reacción a dichos cambios.
El plan de campaña aérea resultante fue un compromiso entre las estrategias coercitivas de “castigo”, “riesgo” y “rechazo” que aplacaron el consenso frágil de la OTAN.
La Primera fase tenía que ver con atacar los sistemas de defensa aérea integrados y las casamatas de mando y control serbios con el fin de lograr la superioridad aérea local. En la segunda fase, los bombardeos se planificaban en contra de blancos militares por debajo de los 44° de latitud norte. Dichos bombardeos incluían blancos “coercitivos de riesgo” y blancos “coercitivos de rechazo” en contra de las fuerzas serbias acampadas en Kosovo. Los blancos “coercitivos de castigo” (los blanco de liderazgo, económicos y la población en y alrededor del Belgrado) estaban específicamente excluidos. En la tercera fase, los aviones de la OTAN atacarían los blancos de “castigo” al norte del 44avo paralelo, incluso los blancos en Belgrado. Al final, esta campaña en fases reveló la estrategia de una campaña aérea gradual y en incrementos aprobada por la OTAN y el SACEUR.
Desde el punto de vista del CAOC, y en particular del Teniente General Michael C. Short, comandante del Componente aéreo de las fuerzas combinadas (CFACC), el plan de campaña aérea aprobado por la OTAN fracasó, a causa de las restricciones políticas, al no poder emplear el poderío aerospacial decisivo para lograr los objetivos militares y políticos. Al sostener ante sus superiores que la táctica más eficaz para la primera noche de la guerra sería un ataque abrumador a las plantas eléctricas de Belgrado y a los ministerios del gobierno, el General Short opinaba que una campaña aérea de “ castigo” rápida era la respuesta. Dicho ataque había funcionado en Irak en 1991 y constituía la base de la teoría del poderío aéreo, que apoya los fuertes ataques a los blancos de valor militar, económico y sicológico como la manera de destruir la voluntad del enemigo.
Los razonamientos del CFACC giraban en torno a la creencia de que el plan de la campaña aérea fracasó porque no pudo atacar los centros de gravedad (COG) serbios correctos. La doctrina del poderío aerospacial de la USAF describe al COG, como un blanco “de importancia fundamental estratégica, económica, o incluso emocional, para el enemigo, cuya pérdida socavaría severamente la voluntad o capacidad del enemigo de librar una guerra”. El General Short estaba firmemente convencido que el Tercer Ejército Servio en Kosovo no era el COG que, si se destruía, obligaría a Milosevic a detener la purificación étnica.
Si bien el General Short estaba a favor de una guerra aérea de “castigo”, el General Clark imaginaba una campaña de “riesgo” y rechazo coercitivo”, SACEUR intentaba atacar gradualmente al Tercer Ejército Servio (al sur del 44avo paralelo) y obligar a las fuerzas de Milosevic a retirarse de Kosovo. A pesar de que la estrategia aérea de “riesgo y rechazo” del General Clark desvió la doctrina aerospacial decisiva, él pensó que esa fue la mejor operación que él podía lograr que la OTAN aprobara. Una vez que los acuerdos de paz de 1998 en Rambouillet comenzaron a descifrarse, SACEUR percibió el objetivos negativo político de la unión de la OTAN. “ Estaba funcionando con la hipótesis inicial de que no había ningún otro blanco más importante que el principio del consenso de la Alianza y la unión.
La puesta en práctica de la doctrina aerospacial decisiva fue usurpada por las restricciones políticas de la OTAN, y el resultado fue una estrategia de“riesgo” y “rechazo”. A pesar de que dicho enfoque arruinó la aplicación decisiva del poderío aéreo, debería considerarse una norma posible para la mayoría de los futuros conflictos con base en EE.UU. o la coalición. Ya sea que esté bien o mal, el objetivo político negativo estableció la pauta para toda la planificación restante de Fuerza Aliada.
La yuxtaposición entre el concepto del CFACC de librar la guerra y la pauta estratégica del SACEUR ocasionaron una fricción significativa. Muchos de los razonamientos giraban en torno a la noción percibida que el SACEUR no entendía la teoría del poderío aéreo. El Coronel Holland expresó su frustración de la siguiente manera:
Había falta de entendimiento con respecto a lo que debería hacer el poderío aéreo, no lo que tenía o no que hacer, sino lo que debería hacer. Nuestra estrategia aérea deseada era la de llevársela a aquellos que harían un impacto en la guerra. No sólo a aquellos que estaban cumpliendo con las órdenes. En mi opinión, el mayor fracaso fue que los líderes militares no explicaron la estrategia, no intentaron razonar con los líderes políticos que eso era lo que teníamos que hacer para lograr los objetivos establecidos por la OTAN.
No está claro cuanta astucia política se necesita para convencer a los políticos acerca de la mejor manera de lograr los objetivos militares positivos. Además, cuando dichos objetivos militares positivos chocan con los objetivos políticos negativos, el proseguir con un plan óptimo para librar la guerra se convirtió en algo secundario al resultado político deseado. Contando con la probabilidad de una amplia serie de objetivos militares y políticos confusos, Fuerza Aliada sugiere que en el futuro, el empleo decisivo del poderío aerospacial será substituido por la aplicación coercitiva del poderío aéreo.
Falta de unidad de mando. Durante la operación Fuerza Aliada, la falta de unidad de mando contribuyó hacia la aplicación coercitiva del poderío aéreo. En el AFDD2, Organización y empleo del poderío aerospacial, se destaca la inclinación doctrinal de la USAF hacia líneas claras de autoridad de mando, alegando que las relaciones de mando en una guerra deben estar unificadas. Pero dicha estructura de mando ideal a menudo no es posible políticamente hablando, particularmente en guerras libradas por la coalición. De hecho, la estructura de mando de Fuerza Aliada (figura 1) se vio complicada por estructuras paralelas.
Durante la operación Fuerza Aliada, múltiples factores socavaron la unidad de mando. Primero, había doble cadenas de mando de la OTAN y EE.UU. El General Clark, el Almirante James O. Ellis, el General Short y el Vicealmirantae Daniel J. Murphy, desempeñaban dobles cargos para el mando de la OTAN y EE. UU. a causa de la insistencia de éste último de controlar los sistemas de armamento clasificados específicos. Por ejemplo, el Almirante Ellis, en calidad de Comandante de la Fuerza conjunta (JFC), supervisaba, en teoría, todas las operaciones aéreas, terrestres y marítimas con un estado mayor conjunto mínimo desde Nápoles, Italia. Sin embargo, el estado mayor de Nápoles controlaba sólo los sistemas de armamento clasificados de EE.UU. En calidad de Comandante del componente aéreo de la fuerza combinada (CFACC) bajo el Almirante Ellis, el General Short controlaba esde el CAOC en Vicenza, Italia, los recursos no clasificados de los EE.UU. y de la OTAN, con un estado mayor sólido capaz de llevar a cabo una guerra. El General Short era el principal guerrero, no obstante carecía de una autoridad de mando directa sobre los sistemas de armamento importantes que no se suponía se integraran con los recursos de la OTAN. Casi ocurre un desastre cuando los recursos de la OTAN y de EE.UU. compartirían misiones de vuelo comunes sobre blancos en el congestionado espacio aéreo serbio. Por último, el estado mayor de la Fuerza de tarea conjunta (JTF) impidió las iniciativas del estado mayor del CAOC de llevar a cabo una guerra y violó los conceptos doctrinales de unidad de mando.
El Coronel Holland sugirió que la estructura de mando de Fuerza Aliada reflejaba un entendimiento deficiente de la capacidad de llevar a cabo una guerra conjunta o combinada:
SACEUR se enfrentó a EE.UU. – sólo al JTF, aún así, no le permitió ser el guerrero. El almirante Ellis desempañaba dos cargos simultáneamente, los de EE.UU. y de la OTAN, y estaba en el medio. El JTF se debió haber organizado a nivel del General Short y permitirle a él ser el guerrero. Si el SACEUR lo hubiese mirado enfocando el objetivo de la misión en lugar del rango, hubiese dibujado el esquema de una manera muy diferente.
Había razones adicionales orientadas hacia la misión de por qué la estructura de mando era defectuosa. El estado mayor de la Fuerza de tarea conjunta (JTF) no era una plana mayor conjunta, ni siquiera combinada, ni capacitada para librar la guerra. El JFC, ni capacitada para librar la guerra. El JFC, el Almirante Ellis, reconoció que “la fuerza de tarea Noble Anvil no había sido organizada en torno a una plana mayor en el teatro de operaciones preelegida (y capacitada)”. La plana mayor insuficiente del JTF reflejaba problemas de personal a largo plazo que importunaban a EE.UU. y los países de la OTAN. El General Short pensaba que el JTF obstruía las operaciones:
Creo que el JTF nunca entendió su función. Pienso que el JTF fue un nivel necesario que fue intercalado por razones que aún no logro entender. Nos dieron la excusa de que necesitábamos una capacidad solamente estadounidense para controlar los recursos que pertenecían sólo a Estados Unidos. Nosotros ( El CAOC) hubiésemos podido controlar el único recurso estadounidense...El JTF se imaginaba a sí mismo peleando la guerra aérea en lugar de sincronizando las iniciativas de los componentes. Desde mi punto de vista, el JTF no tenía ningún valor.
La plana mayor del JTF interfería con la plana mayor en el CAOC encargada de librar la guerra, particularmente en el proceso de aprobación de blancos y en la gestión del armamento estadounidense clasificado. La doctrina del poderío aéreo decisivo fue socavada por la falta de unidad de mando.
Dinámica de los líderes de mayor rango. La dinámica de los líderes de mayor rango trabajó en contra de la planificación sólida de la operación Fuerza Aliada. Históricamente, las personalidades de los líderes han tenido incidencia en las operaciones militares: el General Dwight D. Eisenhower batalló fuertemente con el Mariscal de Campo Marshal Bernard Montgomery y en dos ocasiones reemplazó al irritante General George S. Patton; el Presidente Harry S. Truman despidió al desafiante General Douglas MacArthr; y el General Billy Mitchell fue enjuiciado ante un consejo de guerra por sus opiniones estridentes. La operación Fuerza Aliada contaba con situaciones similares. Según el Almirante Murphy, “ Desde el inicio, hubo una diferencia de opinión fundamental entre el General Clark, quien aplicaba la perspectiva de un comandante terrestre, y el General Short con respecto a la importancia de atacar las fuerzas en campaña”. Un intercambio acalorado entre los dos hombres culminó cuando el General Clark le recordó a General Short quien tenía más rango. El General Short reconoció este aspecto de su relación:
Cuando el SACEUR decía algo y yo pensaba que estaba fuera de lugar y me le enfrentaba en calidad de general de tres estrella, habían personas que me decían que no hiciera eso. En una de las visitas del SACEUR al CAOC, echó a todos de la habitación y mencionó que había sido muy cortante con él. Yo respondí que esa no había sido mi intención, pero que estaba consternado por la orden que se me había dado. Pienso que hice todo lo que pude para que el SACEUR entendiera el poderío aéreo. Hice todo lo que pude por oponerme a lo que pensaba eran malas pautas. No me absuelvo de la responsabilidad y, obviamente, soy responsable por la campaña aérea, pero nos e qué otra cosa pude haber hecho a fin de lograr que el SACEUR entendiera el proceso.
Mientras que el General Short se enfocaba en los objetivos militares positivos de frustar la voluntad y la capacidad de Serbia de librar una guerra, el nivel de guerra del General Clark estaba estipulado por el objetivo político negativo de la unión de la OTAN. Al General Clark “ no necesitaba que lo convencieran acerca de blancos estratégicos”, y él también deseaba “ atacar las fuerzas serbias en Kosovo”. Pero sin la unión de la OTAN, la operación Fuerza Aliada hubiese desenredado una alianza de 50 años. El General Clark pasó un buen tiempo “esquivando propuestas de líderes políticos de algunos países de la OTAN- principalmente Italia y Grecia- que deseaban suspender del todo el bombardeo”.
Además de la tensión en el líderazgo, las videoconferencias (VTC) entre el General Clark, el Almirante Ellis, el Vicealmirante Murphy y el General Short dieron lugar a dudas. Dichas VTC diarias podían ser presenciadas por todos los rangos. Por consiguiente, cuando surgían desacuerdos en cuanto a objetivos o estrategias, muchas personas fueron testigo de oficiales de más rango. El Almirante Ellis se percató que las VTC estaban “sujetas a ser mal interpretadas a medida que las pautas claves se transmitían a niveles inferiores de la plana mayor... (y)... le permite a los líderes de más rango a hundirse en niveles de comodidad previos en que se requiere la disciplina para permanecer a un nivel de combate y mando adecuado. Si bien las VTC permitían las comunicaciones oportunas, constituían una exposición abierta de desacuerdos entre los encargados claves de tomar decisiones, a la vez que fomentaban una campaña aérea mal enfocada.
EJECUCION DE LA OPERACIÓN FUERZA ALIADA
Desde el inicio de Fuerza Aliada, el CAOC no pudo elaborar una Orden de Tarea Aérea ( ATO) oportuno y preciso. La causa principal fue la ausencia de pautas de ataque conjunto o combinado con base en la doctrina y la falta de un proceso de aprobación. Durante los primeros 40 días de la campaña aérea, listas de blancos, en lugar de conjuntos de blancos con base en los resultados deseados en contra de las fuerzas serbias, fueron aprobadas y desaprobadas espontáneamente durante las VTC diarias. Dicho procedimiento constituyó un anatema al ideal previsto en la doctrina de la USAF. Además, destacó la falta de educación doctrinal, capacitación o descuido no intencional por parte de los líderes de mayor rango que dieron por sentado que la amenaza de bombardeo de la OTAN provocaría que Milosevic capitularía rápidamente.
Uso inapropiado de la doctrina del Centro de operaciones aéreas conjuntas/ combinadas aéreas conjuntas/combinadas. En el AFDD 2 se explica la función del Centro de operaciones aéreas conjuntas/combinadas (J/CAOC) :
La Pautas y los objetivos del comandante identificarán las categorías generales de asignar e identificar las prioridades ... dichas pautas también incluirán las decisión con respecto a la distribución. La tareas y los blancos se nombran con el fin de apoyar los objetivos y las prioridades del comandante. Luego, la prioridad final de las tareas y los blancos se incluyen en un plan de ataque aéreo maestro ( MAAP) que es la base de la ATO.
Doctrinalmente, el CFACC recibe del comandante en jefe (CINC) o el comandante del JTF las pautas de planificación estratégica. Los conjuntos de blancos se elaboran de una lista maestra de blancos (MTL) y se aprueban con base en los resultados y objetivos deseados. Una Junta conjunta/combinada de control de blancos (JTCB) se reúne para consolidar los conjuntos de blancos en categorías, según su prioridad, orientadas hacia el objetivo. La lista de blancos conjunta/ combinada según su prioridad (JPTL) se incorpora a un plan de ataque aéreo maestro que une los recursos con la tarea en la forma de la ATO.
Las pautas estratégicas deben ser lo suficientemente claras de manera que los conjuntos de blancos nominados tengan un resultado decisivo en los objetivos. Las planas mayores a cargo de librar guerras deben proveer una MTL sólida que apoye las pautas del CFACC con respecto al proceso de localización y adquisición de blancos con base en los resultados. Además, el CFACC debe transmitirle a su plana mayor las pautas de cómo librar una guerra mediante una Directriz de operaciones aéreas (AOD) diaria, Nada de lo antes mencionado sucedió durante la primera fase de la operación Fuerza Aliada.
Contrario a las prácticas de doctrina sólidas, los líderes militares de mayor rango creían que “el objetivo político era obligar a Milosevic a aceptar el acuerdo de paz de Rambouillet, y la OTAN calculó que al lanzar unas cuántas bombas, Milosevic lo haría”. Al inicio del bombardeo, la MTL consistía en sólo 100 blancos, de los cuales más de 50 habían sido aprobados para los ataques aéreos iniciales. La falta de conjuntos de blancos aprobados dejó anonadado al General Short quien recordó pensar que “el SACEUR nos tenía a todos convencidos que no necesitábamos muchos blancos y que no necesitábamos una campaña aérea, ya que Milosevic sólo necesitaba que lo regañaran un poco, y todo iba a suceder. Nunca se llevó a cabo una campaña aérea en un sentido clásico”,
SACEUR enfrentaba un problema fundamental: Aceptar los deseos políticos disidentes de los aliados de la OTAN volubles o arriesgar el dañar la unión de la OTAN al desencadenar ataques de “ castigo” sobre los ciudadanos de Belgrado y los conjuntos de blanco del liderazgo. Con la preponderancia del objetivo negativo, la única opción realista del SACEUR era la de garantizar la unión de la OTAN y decidir y hacer lo que pudiese acerca del comportamiento de Belgrado en las fronteras. El consenso de la OTAN giraba en torno a una operación higiénica breve con blancos limitados sin dirigirlos hacia los COG de los líderes o la población. La campaña aérea inicial fue la antítesis de la doctrina aerospacial de la USAF orientada hacia la decisión.
Demoras en la aprobación de adquisición de blancos combinada/conjunta y el proceso de establecer las pautas. Tomó cuatro semanas de operaciones de combate mal dirigidas para recuperar la capacidad de nombrar, dotar, aprobar e incorporar conjuntos de blancos en un proceso de planificación y de establecimiento coordinado de pautas y conjuntas/combinadas. Junto con el consenso que Milosevic capitularía rápidamente, otros cuatro asuntos tuvieron incidencia en la demora: El nivel de comodidad del General Clark con el proceso de aprobación de blancos inicial; la ausencia de un piloto de mayor rango en calidad de asesor del SACEUR; la interacción de aprobación /desaprobación de blancos; y la ausencia inicial de una celda de estrategias/ pautas, distribución y adquisición de blancos (STRAT/GAT) en el CAOC.
Nivel de comodidad del SACEUR. Las VTC iniciales entre el SACEUR, el JFC, el CFACC, EL CMFCC y otras figuras claves usurpó el modelo doctrinal de aprobación de blancos. El Coronel Holland recordó lo siguiente:
SACEUR no entendía el proceso de aprobación de blancos. En calidad de aviadores, debimos haber continuado con la presentación de un paquete del CAOC al SACEUR. No sé qué sucedió. Comenzamos permitiéndole al SACEUR que tuviese control táctico de todo. La primera VTC apoyaba la noción preconcebida de cómo funcionaría el proceso de aprobación de blancos. En vista de las nociones preconcebidas, la primera VTC comenzó con una revisión de los elementos básicos de cada blanco, y esto fue lo que nos adentró al ciclo de planificación doctrinal.
Al contar con un proceso de aprobación de blancos doctrinalmente defectuoso, la primera VTC fortaleció el nivel de comodidad del SACEUR. El resultado en el CAOC fue una confusión constante para identificar y planificar blancos con poco tiempo de aviso, la construcción rápida de una ATO llena de errores y la asignación de tareas a las tripulaciones a medida que se dirigían a sus aviones. El proceso debilitó las planas mayores de planificación y las tripulaciones del CAOC. Blancos de interdicción de poco significado fueron atacados repetidamente, mientras que los ataques a fuerzas enemigas falsas dentro de Kosovo fueron difíciles en el mejor de los casos.
Ausencia de un aviador asesor del SACEUR. Muchos culparon el proceso de aprobación de blancos defectuoso con base en la noción de que no había un aviador de mayor rango de la USAF Retirado, Charles D. Link, sugirió que la lección de Fuerza Aliada era la necesidad de “colocar las campañas aéreas en las manos de un comandante “piloto”. Dicho comandante debe entablar un diálogo directo con las autoridades políticas de manera que sus aptitudes especializadas puedan aplicarse a la fase de planificación al igual que a la fase de ejecución. Los medios militares están adecuadamente subordinados a los fines políticos, pero los líderes políticos merecen contar con el asesoramiento de expertos- directamente de la boca del piloto”.
Muchos espectadores opinaban que el General Short debió haber sido el asesor aéreo de mayor rango del General Clark. El General Short describió su percepción del problema de la siguiente manera:
Observen la planta mayor del SHAPE ( Cuartel General Supremo de las Potencias Aliadas en Europa). Un general de cuatro estrellas del Ejército de EE.UU. es el SACEUR, un general de cuatro estrellas del Ejército británico es el vice SACEUR, y un general de cuatro estrellas del Ejército Alemán es el Jefe de Estado Mayor, hasta que llegamos al general de dos estrellas de la Fuerza Aérea. El SACEUR no tenía ninguna experiencia aérea. Con esto no quiero decir que el general de dos estrellas no es un experto, pero uno puede contradecir a un general de cuatro estrellas. No había ninguna experiencia aérea al nivel adecuado. El General John Jumper ( comandante de 4 estrellas de las Fuerzas Aéreas en Europa), el piloto de mayor rango en el teatro de operaciones, estaba físicamente ausente del Cuartel General del SHAPE.
Si bien el General Jumper ayudó al SACEUR en numerosas ocasiones, era un comandante de apoyo y no estaba directamente en la cadena de mando de la OTAN en el CAOC, opinaban que la estructura del SHAPE pasó por alto la necesidad de contar con un piloto de mayor rango en calidad de asesor del SACEUR. El Coronel HAN-Peter Roch de la Fuerza Aérea Alemana, uno de varios directores de la planta mayor de batalla, encargado de coordinar los ataques aéreos en tiempo real, opinaba que “la mayor desventaja era que el SACEUR no contaba con un piloto de la OTAN cerca”.
Interacción de la política en el proceso de aprobación o desaprobación de blancos. El nivel de comodidad del General Clark con respecto a la jurisdicción de las VTC para la aprobación de blancos y la falta de un piloto en su círculo interior no constituían los únicos obstáculos del proceso de establecimiento de pautas y de aprobación de blancos. El incremento en la aprobación de blancos por parte de ciertos países de la OTAN se convirtió en un problema crónico. Recordando el sabio consejo de Carlo von Clausewitz, la política frustró la ejecución de Fuerza Aliada. Stephen Aubin percibió correctamente que, desde un principio, los militares habían sido políticamente restringidos. Lo que si parece estar claro es que los líderes políticos, especialmente aquellos en Washington, nunca tuvieron la intención de librar una guerra total. La fuerza militar se debía aplicar tentativamente y en dosis limitadas en apoyo a las iniciativas diplomáticas continuas.
De hecho, un proceso de aprobación de blancos políticamente motivado y complicado distribuyó el uso experimental de la fuerza militar. El General Short alegó que la interferencia política en la selección de blancos había sido sancionada a los más altos niveles castrenses de la OTAN y de EE. UU.
Desde mi punto de vista, regresamos a 1968 cuando el Presidente de Estados Unidos estaba aprobando los blancos. El Estado Mayor Conjunto llevó esto a un grado inaceptable. Los blancos eran seleccionados y desaprobados por el Estado Mayor Conjunto. Una vez que Washington aprobaba el blanco. Había que someterlo a la aprobación del Consejo del Atlántico Norte (NAG) de la OTAN. Luego los blancos tenían que ser aprobados por los cinco Presidentes de la Defensa ( de los países miembros) (Reino Unido, Alemania, Italia. Francia y EE.UU). Ahí era donde cada país decidiría la importancia del blanco.
Doctrinalmente, al JFC y al CFACC se les debió haber permitido recomendar conjuntos de bloques de blancos para la aprobación en bloque con base en los resultados deseados exigidos por los objetivos militares. En cambio, el proceso en incrementos de la aprobación de blancos infligió destrucción sobre las operaciones aéreas sincronizadas aprobadas doctrinalmente. El Coronel Hotland destacó que “ los blancos no estaban disponibles a la plana mayor del CAOC encargada de la panificación hasta tanto eran sometidos a la aprobación de dos cadenas de mando: Estados Unidos y el NAC. La aprobación de blancos era gradual. Peor aún, después de la aprobación de EE.UU y del NAC, los blancos estaban sujetos al escrutinio paulatino a través del Mando de EE.UU. en Europa y del estado mayor del JTF. El resultado fue un incremento en la campaña de bombardeos estructurado en torno a una estrategia en fases que carecía de resultados decisivos. Tal como el Almirante Ellis concluyó, “El ambiente político ocasionó una guerra “ en aumento” en lugar de operaciones decisivas”. El temor de la OTAN de los daños colaterales agravé la confusión del proceso de aprobación de blancos. Cuatro acontecimientos de daños colaterales tuvieron lugar durante la campaña: la bomba accionada por cohete, AGM-130, lanzada a un tren de pasajeros en ruta; el bombardeo no intencional de los refugiados kosovores y la destrucción por equivocación de un autobús de pasajeros; la abertura accidental de bombas múltiples y el bombardeo equivocado de la Embajada China. Dichas cuatro situaciones de daños colaterales amenazaron con quebrantar la unidad de la OTAN y provocar una interrupción en la campaña aérea. Tal como Dana Priest del Washington Post destacó, “Cuando las bombas cayeron accidentalmente sobre refugiados albaneses o civiles servios, las protestas internacionales fueron rápidas y el apoyo popular a la guerra disminuyó. Por lo tanto, los líderes políticos se comprometieron en el quid de las decisiones de selección de blancos”. Esto significaba que habría restricciones más rigurosas con respecto a los tipos de blancos que se atacarían especificaciones precisas de los tipos de bombas que se emplearían para ciertos blancos, control de la sincronización de los ataques aéreos, medidas más estrictas para emplear aviones de la OTAN y una microgestión política en general del proceso completo de aprobación de blancos.
Falta inicial de una celda STRAT/GAT en el CAOC. Había un obstáculo más en la demora de 40 días en la implementación del proceso de aprobación de blancos en línea con la doctrina: la falta inicial de una Celda de estrategia o pauta, de distribución y de selección de blancos (STRAT/GAT) en el CAOC. Durante la primera noche de bombardeos de Fuerza Aliada, el personal de la celda STRAT/GAT era provisional y no estaba capacaitado. Como resultado de las expectativas de los líderes de mayor rango del CAOC de una victoria aérea breve, hubo poca premeditación al establecer una celda STRAT/GAT doctrinalmente sólida. El General Short, con experiencia en requisitos de personal del CFACC, reconoció dicha deficiencia:
Estábamos preparados para volar unas cuantas misiones y bombardearlos por un par de noches. Aquí están sus blancos, no piensen, sólo hágalo. Me culpo a mí mismo por haber esperado cuatro semanas para organizar la celda STERAT/GAT. Las consecuencias se pudieron notar. Me debí haber dado cuenta que en un principio eso era lo que hacía falta.
La ausencia de una celda STRAT/GAT sólida tuvo resultados a largo plazo en la unidad de la iniciativa dentro del CAOC. Además en comparación con una doctrina aerospacial firme, el CFACC no creó una directiva de operaciones aéreas (AOD) diaria que estableciera la distribución y el peso de la iniciativa de la orden de tarea aérea. Admitiendo que, el intenso juego político con relación a la aprobación de blancos socavó un sentido claro de las pautas durante la primera semana de las operaciones, el JFC y el CFACC se demoraron en cumplir su obligación de formular y transmitir pautas escritas a diario a los planificadores y los operadores de la plana mayor del CAOC encargada de librar la guerra.
Resultados de contar con ATO dobles. La ausencia de un proceso de aprobación de blancos y de pautas con base en una doctrina conjunta y combinada provocó dificultades excesivas a medida que el CAOC intentaba crear una ATO oportuna y precisa. La creación de dos ATOS paralelas, en lugar de una ATO centralizada y tradicional, complicó una ya frustrada y confundida plana mayor del CAOC a cargo de librar la guerra y violó la doctrina fundamental de la unidad de mando.
El propósito original de poder contar con una ATO separada emanó de los deseos de Estados Unidos de disfrazar (incluso de la OTAN) el uso de los aviones stealth y de controlar el empleo de los misiles crucero. El Coronel Hans-Peter Koch de la Fuerza Aérea Alemana concluyó que el proceso de la “ATO doble” provocó una confusión peligrosa:
Yo no podía administrar la batalla. Contaba con aviones que no sabía cuándo iban a aparecer, ni que tipo de apoyo necesitaban ni qué ruta volaban. Teníamos varias situaciones donde varios recursos en la ATO de EE. UU. solamente, volaban simultáneamente y en el mismo espacio aéreo que los recursos de la OTAN que llevaban a cabo los ataques aéreos. El silencio de la ATO estadounidense mantuvo en secreto información importante de la plana mayor de combate de la OTAN. Esto fue una gran desventaja para ambas ATO. Si uno no le informa a los administradores de la batalla quiénes están volando, resulta peligroso.
Al igual que con el proceso de aprobación de blancos, el SACEUR logró su nivel de comodidad con el proceso de doble ATO auspiciado por la USAF porque estaba protegido de la confusión. Como consecuencia, la ATO doble, doctrinalmente indecisa, destrozó la unidad de mando, creó una confusión táctica y operacional y provocó la aplicación indecisa del poderío aerospacial.
CONCLUSION:
La operación Fuerza Aliada reveló la influencia debilitadora que los objetivos políticos negativos tenían sobre los objetivos militares positivos. Además, las estructuras de mando defectuosas, la dinámica incompatible de los líderes de mayor rango y la falta de aprobación de blancos y de pautas doctrinalmente sólidas debilitaron la aplicación decisiva del poderío aéreo. El sistema de doble ATO destrozó todas las nociones doctrinales de la unidad de mando. El General Clark reconoció que, “la campaña aérea fue una iniciativa para reprimir, no para capturar”. Esta admisión del General Clark sugiere la necesidad generalizada de que los pilotos entiendan que si bien el poderío aéreo puede ser potencialmente decisivo, en el contexto y frecuencia más amplia de los conflictos no tradicionales, el poderío aéreo es dogmáticamente una herramienta de represión considerada como posiblemente restringida por la política de la guerra y la influencia de la capacidad de los líderes de mayor rango de funcionar eficientemente dentro del ambiente que el “castigo coercitivo” hubiese sido más eficaz que una campaña de “ rechazo”.
La evidencia muestra que la amenaza del fracaso militar, que yo denomino rechazo, y no las amenazas a los civiles, a lo que le llamamos castigo, provee la influencia critica en la represión convencional. Por consiguiente, la represión con base en castigar a los civiles rara vez tiene éxito. La clave del éxito en la represión convencional no es el castigo sino el rechazo, esta es la capacidad de frustrar la estrategia militar del país objetivo, para controlar los objetivos en disputa,
La naturaleza coercitiva de Fuerza Aliada fue, de hecho, el método más probable para lograr el éxito. Los pilotos no aprueban esta sugerencia y la misma constituye la antítesis de la doctrina del poderío aerospacial de la USAF. No obstante, es la realidad probable para conflictos futuros. Fuerza Aliada y los privilegios históricos de los fines políticos durante la guerra plantean dos preguntas, a saber: ¿Debe la doctrina del poderío aerospacial de la USAF estar más orientada hacia la represión y es el empleo gradual del poderío aerospacial la norma para conflictos futuros?. La respuesta a la primera pregunta es un sí rotundo. La doctrina del poderío aerospacial de la USAF debe ser más orientada hacia la represión que idealísticamente decisiva. El poderío aéreo coercitivo es la realidad más probable en guerras futuras (salvo el conflicto nuclear). Fuerza Aliada es tan sólo un ejemplo donde el poderío aerospacial estuvo sujeto a repetidas, predecibles y legítimas restricciones políticas. El poderío aéreo en su totalidad es una extensión de la fuerza militar coercitiva.
La doctrina del poderío aerospacial actual es una espada de doble filo. Un filo utiliza la doctrina como una herramienta de mercadotecnia en el ámbito militar conjunto para los programas militares futuros, mientras que el otro filo se propone dictarle pautas a los aviadores sobre principios sólidos de cómo librar la guerra. El reto radica en minimizar la utilidad comercial de la doctrina y maximizar la relevancia operacional para el guerrero.
Si el empleo gradual del poderío aerospacial en la operación Fuerza Aliada sirvió o no como modelo para conflictos futuros es más problemático. Durante un foro sobre la operación Fuerza Aliada, llevado a cabo en el Instituto Eaker, el General Jumper respaldó la probabilidad que el gradualismo podría se la estrategia necesaria para conflictos futuros:
Desde el punto de vista de la planificación de la campaña aérea, lo mejor es obtener un consenso político del objetivo de una fase en particular, y luego tratar de lograr dicho objetivo con la libertad de actuar de la mejor manera posible, militarmente hablando. Pero esa no es la situación en la que nos encontramos. Podemos burlarnos de ello, pero no nos favorece. La política del momento es la que va a dictar qué podemos hacer...Si el límite de dicho consenso significa el gradualismo, entonces tendremos que encontrar una manera de lidiar con una campaña aérea en fase con una intensificación gradual...Esperamos poder convencer a los políticos que esa no es la mejor manera de hacerlo, pero en algunos casos tendremos que aceptar dicha situación.
El General Jumper no es el único en reconocer que el gradualismo podría ser el modelo para campañas aéreas futuras. El general Joseph Ralston hizo eco a dicha noción:
A pesar de lo que indicaría el éxito de una estrategia de gradualismo, la USAF, indudablemente, continuará sosteniendo que el empleo masivo del poderío aéreo será más eficiente y eficaz que la intensificación gradual. Sin embargo, cuando las restricciones políticas y tácticas impuestas sobre el uso aéreo son extensas y penetrantes, y dicha tendencia parece ser más que menos probable, entonces el gradualismo será percibido como la única opción.
La USAF debería enfocarse en maximizar la reacción y la eficacia del poderío aéreo dentro de las restricciones del gradualismo política. La doctrina del poderío aerospacial de la USAF debería respaldar una filosofía decisiva menos idealista y favorecer una opción más racial y realista del empleo coercitivo del poderío aéreo. El resultado de capacitar a los líderes sobre la aplicación coercitiva del poderío aéreo será un empleo más inteligente, más eficaz, más rápido y más eficiente del poderío aerospacial letal a lo largo del espectro del conflicto.
Tomado de Aerospace Power
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