EXPLOTANDO LOS EFECTOS PSICOLOGICOS DEL PODERIO AEREO
UNA GUÍA PARA EL COMANDANTE OPERACIONAL
MAYOR JON HUSS, USAF
El poderío aéreo es, por sobre todo, un arma psicológica – y sólo los soldados con falta de previsión, que piensan solamente en la batalla, menosprecian la importancia de los factores psicológicos en la guerra.
-B. H. Liddell Hart
EL PAPEL FUNDAMENTAL del poderío aéreo en la defensa de nuestra nación ha sido debatido arduamente desde que el avión fue usado por primera vez en el combate. La capacidad de explotar la tercera dimensión en la zona de combate es lo que le da su particularidad a los aviones caza y es la fuente de la fuerza del poderío aéreo. Es la responsabilidad de los aviadores militares el sacarle provecho a esta tercera dimensión para proteger a nuestras propias fuerzas de los ataques enemigos y para reducir directa o indirectamente la capacidad de combate de las fuerzas enemigas por medio del uso debido del poderío aéreo.
Una fuerza que es vulnerable a los ataques aéreos, es una fuerza que tiene un flanco expuesto. La misión primordial al nivel operacional de la guerra es exponer ese “ tercer flanco” y sacarle provecho a toda costa para reducir o desteruir la capacidad de combatir de la fuerza enemiga.
La intención de reducir o destruir la capacidad de combatir de la fuerza enemiga, tiene dos aspectos posibles – el físico y el psicológico. El aspecto físico tiene que ver con la negación, daño o destrucción de las cosas tangibles que el enemigo requiere para combatir. El armamento, equipamiento, vehículos motorizados, carreteras y otros recursos por el estilo, son todos objetivos posibles que deben ser neutralizados para que las fuerzas enemigas no puedan depender de ellos y así emprender combate. El aspecto psicológico tiene que ver con la negación, daño, o destrucción de las cosas intangibles que el enemigo necesita para pelear una guerra. Aquí, “ las mentes y los corazones” de las fuerzas de combate del enemigo son el blanco principal, y el efecto deseado es mermar la capacidad o el deseo de aquellas fuerzas para utilizar el armamento, equipamiento, vehículos motorizados, carreteras, etc., que requieren para combatir. La degradación o destrucción de la voluntad de las fuerzas enemigas para utilizar su material bélico tangible, logra el mismo resultado en su capacidad de combate que si en efecto se le degradara o destruyera su material bélico tangible. El atacar las vulnerabilidades críticas del enemigo de ambos efectos físicos y psicológicos, puede producir un resultado sinérgico en la capacidad de combatir del enemigo.
A través de la historia, el poderío aéreo ha demostrado su capacidad contra el material físico de nuestros enemigos. Sin embargo, la capacidad contra el material psicológico de nuestros enemigos ha sido mal interpretada y subutilizada. Un entendimiento de los aspectos positivos inherentes del poderío aéreo en la dimensión psicológica, nos puede pagar grandes dividendos en el nivel operacional de la guerra. Este entendimiento debidamente aplicado por el comandante operacional y por los planificadores de las fuerzas de campaña aérea y terrestre puede mejorar significantemente la eficiencia de nuestras operaciones y su probabilidad de éxito. inicio
LA TENSION NERVIOSA Y EL MIEDO EN EL CAMPO DE BATALLA
La pérdida de la esperanza, en vez de la pérdida de la vida, es el factor que realmente decide las guerras, las batallas, y hasta los combates más pequeños. Toda la experiencia adquirida de la guerra nos demuestra que cuando el hombre llega al punto donde ve, o siente que cualquier esfuerzo o sacrificio adicional no hace más que retardar el final, comúnmente pierde la voluntad de continuar y se doblega ante lo inevitable.
-B.H. Liddell Hart
La tensión nerviosa [ o estrés ] y el miedo están siempre presentes en el campo de batalla, y sus efectos en las fuerzas de combate son significantes. Durante unos estudios que se les hicieron a unos combatientes en la II Guerra Mundial, 68 por ciento de los hombres involucrados “ admitieron que no sólo sintieron miedo y ansiedad en algún momento durante la guerra, pero que también la habían experimentado a un nivel que no les permitía cumplir sus deberes”. Este alto porcentaje de combatientes que actualmente admitieron por lo menos un breve deterioro de su capacidad de misión en combate, le da fe a la creencia de que ningún combatiente está inmune al estrés en combate y que todos los hombres tenemos un punto límite. Cabe destacar que hay una nota textual en el Marine Corps Gazzette sobre este tema de que “ no existe el soldado que es intrépido en todas las condiciones de combate. Cada Infante de Marina tiene un punto límite si el estrés es suficientemente fuerte y de larga duración. El miedo, el estrés, y la ansiedad que sienten aquellos que están atareados en el combate se deriva de muchos productores del estrés presentes en el campo de batalla. A. P. N. Lambert da una lista de 14 de estos productores del estrés en su libro The Psychology of Airpower ( La Psicología del Poderío Aéreo). Enfoquémonos en seis de estos que se aplican a los efectos del poderío aéreo al nivel operacional de guerra.
CLAUSTROFOBIA
La pérdida del movimiento corporal amplifica los efectos de los otros productores del estrés. La pérdida del movimiento corporal en el campo de batalla no le permite al soldado su reacción de instinto al estrés, actividad física extendida. Informes sobre las experiencias de los soldados en el campo de batalla también conectan esta inmovilidad personal con la pérdida del sentido del tiempo.
RUIDO.
Exponerse a altos e irregulares niveles de ruido puede imposibilitar la capacidad de pensar claramente. Los soldados inexperimentados muchas veces relacionan incorrectamente el nivel de ruido que produce un arma con su efecto mortal esperado. Un ejemplo excelente de usar el ruido deliberadamente para incrementar el efecto de un arma, fue el uso del bombardero de picada Stuka por los alemanes, a los inicios de la II Guerra Mundial. En uno de los casos, un Oficial británico narra que posterior a un ataque específico que causó relativamente pocos daños materiales, su unidad fue “ hecha absolutamente añicos” psicológicamente. El sonido tan particular del ataque de los Stuka a menudo generaba tanto miedo, que el ruido causaba más daño que el de las municiones lanzadas por el bombardero.
IGNORANCIA
La falta de conocimiento proporciona un área fértil para toda clase de actividades contraproducentes. Cuando las tropas no saben o no están seguras de las posiciones de sus fuerzas amigas o enemigas, movimientos o intenciones, su situación está en el momento preciso para que el miedo, el rumor y el pánico haga presa de ellas. En Men against Fire ( “Hombres contra el Fuego”), el renombrado historiador de combate S. L. Marshall relata muchas instancias durante la II Guerra Mundial en las cuales un movimiento inesperado, sin anunciarse, o mal entendido hacia la retaguardia por un individuo o por un pequeño grupo de individuos durante la batalla, llevó a un grupo mayor a retroceder inadvertidamente. En cada uno de estos casos, Marshall manifiesta que el sólo hecho de ver a los individuos correr hacia la retaguardia no fue la causa- raíz del pánico. En cada uno de estos casos, el estímulo para el pánico fue la falta de conocimiento de por qué se estaba efectuando el movimiento. Este pánico condujo a que las tropas carentes de información se unieran al movimiento hacia la retaguardia, en muchos casos creyendo que se había dado la orden de retroceder y que por alguna razón no se habían enterado.
SEPARACION
Las fuerzas que son vulnerables al ataque naturalmente se dispersarán , y el soldado se encontrará a solas en el momento en que corre más peligro. El miedo del soldado se amplifica cuando peste se ve apartado sin el refuerzo de sus camaradas que están pasando por las mismas peripecias. S.L.A. Marshall admitió, al describir su captura en un ataque de morteros mientras estaba separado de las líneas amigas durante la Guerra de Corea, que el terror que sintió fue casi irresistible. Para el manifestarlo en sus propias palabras: “ Ser un hombre que siempre ha estado acostumbrado al fuego de guerra y experimentarlo cuando se está sólo y sin ser observado, produce un choque emocional que es indescriptible”.
FATIGA
El no dormir y la carencia de las necesidades personales básicas ( agua, alimentos, e higiene personal) contribuyen al cansancio. No se puede enfatizar lo suficiente respecto a la importancia que tiene el proveer las necesidades humanas básicas. En un caso revelador, un capitán alemán que se enfrentó a un caso de insubordinación ( el rehusarse a hacer la guardia en la posición asignada) en uno de sus pelotones durante la batalla de Stalingrado, les permitió a los insurrectos comer y dormir esa noche. Por la mañana, no tuvo ningún problema en convencerlos para que regresaran a sus puestos a continuar luchando.inicio
SENTIRSE INDEFENSO:
El sentirse incapaz de repeler un ataque produce un estrés en el combate. Muchas veces éste es el resultado de la creencia que las armas del enemigo son superiores a las de uno y que por ende uno se siente indefenso.
Esto conlleva a sentirse impotente y descontrolado. Estas sensaciones con frecuencia conducen a uno al pánico. La primera vez que los británicos usaron el tanque de guerra en 1916, éste causó un tremendo pánico en las trincheras alemanas debido a que su percepción era de que estaban totalmente indefensos contra esta arma nueva e inesperada.
El poderío aéreo se presta muy bien para llevar estos productores del estrés al otro lado del campo de batalla y hacerlos que se concentran en las fuerzas desplegadas del enemigo. En combinación con otros factores, estos productores del estrés pueden conducir a un estado de impotencia que, como Lidell Hart nos recuerda en su cita textual de apertura, es catastrófico para una fuerza de combate. Las operaciones aéreas bien planificadas y ejecutadas pueden incrementar con éxito los niveles de fatiga, impotencia, ruido, claustrofobia, aislamiento e ignorancia, a tal punto de hacer que las fuerzas enemigas se sientan incapaces mentalmente o simplemente sin voluntad para realizar sus deberes en una manera efectiva.
PLANIFICANDO PARA EXPLOTAR LOS EFECTOS DE LOS PRODUCTORES DEL ESTRÉS.
El proceso de enlazar los resultados y los medios es un requerimiento decisivo para el estratega aeroespacial, pero que por costumbre es ignorado. Los resultados finales con frecuencia son psicológicos de por sí; la guerra después de todo es un esfuerzo humano... Entendiendo los enlaces entre la causa y el efecto físico o psicológico es una parte clave de la planificación aeroespacial.
-Documento de la Doctrina de la Fuerza Aérea (AFDD) 2-1,
“ Guerra Aérea” ( borrador)
Deben integrarse en la etapa de planificación, el entendimiento de estos productores del estrés y como mejor usar el poderío aéreo para incrementar con el plan operacional, para así mejorar el decaimiento psicológico y derrotar al enemigo. Existen tres aspectos importantes de planificación que presentaré: la integración de las operaciones aéreas con un plan robusto de operaciones psicológicas (PSYOP plan).
DESIGNACION DE OBJETIVOS
Una de las controversias más grandes que rodea el uso del poderío aéreo siempre ha sido el cuándo, cómo y qué objetivos destruir. Con mucha frecuencia, el planificador se concentra enteramente en la destrucción del material y equipo, y no en la degradación de la capacidad del enemigo. La capacidad es la combinación de bienes tangibles que se requiere para pelear una guerra, y el conocimiento, voluntad y coraje de las fuerzas de combate para operar esos bienes tangibles. La destrucción es útil, pero no es la única manera de degradar la capacidad. Si el planificador sólo se concentra en la destrucción, entonces limita los efectos de su plan a los bienes físicos del enemigo. Si por otro lado, el planificador concentra su esfuerzos en destruir la verdadera capacidad de combate del enemigo, se deja el camino abierto para explotar los aspectos físicos y psicológicos del campo de batalla y podría llegar a alcanzar los mismos resultados operacionales pertinentes, economizando mucho mas los recursos de sus fuerzas de combate. Esto es lo que se conoce por designación de objetivos por efectos, en vez de designación de objetivos por destrucción. Yo recomiendo tres clases de blancos para sus posibles efectos psicológicos: las defensas aéreas, las tropas y la logística. Los blancos en sí no aportan nada nuevo o revolucionario, ya que se encontrarían normalmente en la lista de objetivos de cualquier aspecto a mi recomendación, es el efecto buscado al atacar estos objetivos.
Defensa aérea.
Aquel que controla el espacio aéreo por encima de la zona de batalla, puede usar ese espacio para maniobrar y atacar desde donde quiera y cuando quiera. El General Erwin Rommel entendió bien esta ventaja, lamentándose en sus escritos personales que “quien sea que tenga que combatir, así sea teniendo el armamento más moderno, contra un enemigo que esté en control total del aire, combate como una fiera salvaje contra tropas europeas modernas, con las mismas desventajas y con la misma posibilidad de “éxito”. Esta libertad de maniobra, la capacidad de atacar donde sea y por todos lados, le da al poderío aéreo la ilusión de omnipotencia. Al percibir el soldado que el enemigo es omnipotente, esto le incrementa su sentir de impotencia y soledad por que no tiene a quien acudir a pedirle ayuda. Le restringe sus movimientos y le incrementa el cansancio, por que no habría lugar u hora del día que no estuviera en un miedo constante de ser atacado. Está sólo en sus pensamientos, en su ignorancia, por que no tiene defensa. El objetivo es hacerle creer al enemigo que se encuentra indefenso contra nuestro poderío aéreo. En su análisis de las operaciones aéreas de los E.E.U.U., desde la Guerra de Corea hasta la guerra de Tormenta en el Desierto, Stephen Hosmer se encontró con evidencia precisa de que cuando los aviones tenían la capacidad de volar en forma virtualmente impune, las fuerzas enemigas se desmoralizaban significantemente. El resultado de esta desmoralización fue la capacidad reducida para combatir del enemigo. Sin importar a cantidad del daño físico que sostenga durante estos ataques, si el enemigo percibe que no estamos pagando caro o no estamos pagando nada por nuestra acción aérea, presumirá de que tendríamos poca, o no habría razón para que paráramos o redujéramos la intensidad de esa acción, Este sentimiento de inutilidad y la incapacidad de ver que “ no hay un acabose” incrementa en gran medida la percepción de impotencia y desamparo del enemigo. inicio
La frustración de ver a los aviones aparentemente omnipotentes de la Coalición entrar como en su casa en los cielos del teatro de operaciones de Kuwait (KTO), se plasmó en el diario de un soldado iraquí. Después de aguantar 21 días de operaciones aéreas de la Coalición, escribió que “ los aviones enemigos patrullan los cielos bombardeando como si estuvieran en sus propios cielos. No ofrecemos resistencia que valga la pena, excepto por unos cuantos aquí y allá. No sabemos el secreto detrás de todo esto. ¿ Están ahorrando sus resistencias hasta que llegue el esperado ataque terrestre? ¡¡No sabemos!!”. Es indispensable que la superioridad aérea continúe siendo el objetivo primordial de los planes de operaciones aéreas futuras, no sólo por los obvios beneficios de protección de la fuerza, si no también por sus efectos psicológicos explotables en las fuerzas enemigas. Las misiones de ofensiva contra los ataques aéreos (OCA) Y DE SUPRESIÓN DE LA DEFENSA AÉREA ENEMIGA (SEAD) tienen que jugar papeles protagónicos en una danza operacional bien careografiada.
Las Tropas.
Las fuerzas desplegadas enemigas también son un objetivo que debe atacarse para obtener beneficios físicos y psicológicos. Los beneficios físicos de destruir el equipo enemigo y acabar con sus tropas son obvios. Sin embargo, los beneficios psicológicos son más sutiles y pueden diferir dependiendo de las clases de armamento que se usen.
Hay diferencias muy singulares en los efectos de las municiones guiadas por precisión (PGM) y las municiones sin guía. El beneficio obvio de usar las PGM desde el aspecto efecto-físico, es el incremento en la probabilidad de eliminar o destruir objetivos y al mismo tiempo reducir las probabilidades de infligir daño colataeral. Los efectos psicológicos de las PGM son con frecuencia diferentes entre el personal no combatiente y el personal combatiente. Debido a la probabilidad reducida de infligir daño colateral, los no combatientes tienen mucho menos miedo de ser atacados con las PGM de que si fueran atacados con las municiones sin guía. Esto se dejó ver perfectamente durante los ataques “Zorro del Desierto” contra Irak, en diciembre de 1998. Los ciudadanos comunes y corrientes de Bagdad no le prestaron mucha atención a la acción y continuaron con su rutina normal. Su confianza de que los ataques norteamericanos se limitarían a objetivos militares conllevó a que proyectaran un estimado muy bajo de peligro personal. Los combatientes, por otro lado, con frecuencia reaccionan diferentemente, especialmente cuando son los responsables de atender y operar esos objetivos. Si tienen la misma confianza en la capacidad y precisión de las PGM norteamericanas y creen que sus armamentos, equipos, edificios, instalaciones, o zonas son designados como objetivos, puede que ellos tomen medidas de supervivencia” entre ellos y los objetivos. Mientras que esta acción puede que tenga muy poco valor de explotación en el tipo de estrategia estática, de acción policial de precisión que hemos empleado contra Irak en los últimos ocho años, es extremadamente importante explotable si las acciones terrestres se programan contra esos blancos.
Durante la guerra Tormenta en el Desierto, se creo una táctica conocida como “tintineando a los tanques” para incrementar la confiabilidad de la Evaluación de Daños Ocasionados por el Combata Aéreo (BDA). El concepto básico fue e de usar las PGM contra los tanques en el KTO por la noche. Los aviones F-111 y los F-15E podían detectar fácilmente estos blancos con sus radares infrarrojos de explotación hacia delante (FLIR), y el GBU-12 demostró su capacidad de matar tanques con un solo ataque directo. Mientras que los efectos psicológicos de 19 noches de tintinear tanques fueron significantes para la subsiguiente ofensiva terrestre, éstos fueron minúsculos en comparación con los efectos psicológicos que estos ataques aéreos le acarrearon a las fuerzas blindadas en el KTO. El efecto de tanques explotando toda la noche y en forma esporádica y aleatoria hizo que los tripulantes de los tanques buscaran refugio a una distancia que les brindara mayor seguridad y lejos de sus armamentos.
La cantidad de equipamiento que los soldados iraquíes que huían, dejaron abandonado fue sorprendente. Pero lo que realmente fue mas sorprendente aún, fue la cantidad de equipamiento que habían dejado abandonado incluso mucho antes de que se sintieran amenazados por el fuego de las fuerzas de la Coalición. Un sondeo realizado por un equipo combinado de inteligencia que efectuó una inspección física de los vehículos blindados que permanecieron en la zona de combate después de la guerra, descubrió que en realidad sólo un poco más de la mitad de los tanques que inspeccionaron habían sido atacados por las fuerzas de la Coalición. Más significante aún fue el hecho de que, de acuerdo a la evaluación que efectuó el equipo de inspección, sólo unos cuantos de esos tanques que fueron atacados por el fuego de la Coalición tenían adentro a sus tripulantes en el momento de ser impactados. Un General irquí que fue capturado sintetizó el sentir común de desamparo que existía entre los tripulantes iraquíes al decir, “Durante la guerra contra Irán, mi tanque fue mi amigo por que podía hasta dormir dentro de él, sabiendo que estaba a salvo... ninguna de mis tropas ( en la Tormenta en el Desierto) se le acercaba a sus tanques por la noche por que estaban explotando siempre”. Ya para la hora en que la ofensiva terrestre empezará, estaba muy claro que el poderío aéreo había convencido a un gran número de los soldados enemigos de que la mejor táctica para sobrevivir era el separarse de sus armamentos.inicio
Las PGM no son necesarias para obtener un beneficio psicológico cuando se designa como objetivo a las tropas enemigas. Las municiones sin guía también traen utilidad al efecto psicológico. Conjuntamente con el tintinar de tanques, seleccionábamos continuamente a las tropas enemigas como nuestro objetivo en el KTO, así como también con enormes cantidades de municiones sin guía. El Genral H. Norman Schwarzkopf se propuso “ destruir el estado de ánimo de los iraquíes aniquilando físicamente una de las divisiones de la Guardia Republicana” con los bombarderos B-52. Su propósito incluía explotar los dividendos psicológicos del poderío aéreo, pero explotarlos primordialmente por medio de la destrucción. En la actualidad, el daño físico al equipamiento de combate de estas divisiones fue ligero, pero los ataques sí tuvieron efectos psicológicos extremos y utilidad operacional. El ruido, la intensidad, y la duración de los ataques de los B-52 los hicieron conocerse como los ataques más temidos para una cantidad significante de soldados iraquíes. Desde su primer combate en Vietnam, los ataques de los B-52 han provisto de eventos emocionales significantes en las vidas de sus sobrevivientes. Un ministro de justicia de Vietcong lo describió: “ es como estar en medio del Apocalipsis”, y explicó que ”uno perdía el control de sus funciones corporales al tiempo que la mente le gritaba órdenes incomprensibles de escapar”. Los ataques crean un efecto claustrofóbico. La mente quiere salir corriendo, pero el ruido increíble y el impacto de un cartucho de 72 Mk-82 inmovilizan el cuerpo. Mientras que los ataques de los B-52 en el KTO se concibieron originalmente como misiones de destrucción, la decisión de continuar con estos ataques por la noche, se tomó por razones psicológicas. El propósito era de mantener los objetivos despiertos y añadir fatiga a su lista acumulada de productores del estrés.
Para este fin, los B-52 demostraron ser un arma muy efectiva. Un Oficial iraquí de alta jerarquía se quejó de que difícilmente podía dormir más de dos horas a la vez y que el resonar constante le destrozaba los nervios a sus hombres a tal punto que se volvían casi locos. Sorprendentemente, este efecto fue más debido a la experiencia de haber sobrevivido un ataque, no a la probabilidad de morir en uno. El mismo Oficial iraquí admitió que los ataques inesperados de los B-52 en la actualidad causaron relativamente pocas bajas en su unidad. Un punto asombroso que se obtuvo de las entrevistas realizadas a los prisioneros de guerra (POW), posterior a la guerra, fue que la intensidad de los ataques de los B-52 tenían realmente un efecto psicológico en las fuerzas, que en verdad nunca fueron atacadas por los B-52. Los ataques se podían sentir y escuchar por las unidades a 40 kilómetros a la redonda. El B-52 era tan temido universalmente que en una ocasión, un comandante de tropa la identificó como la única razón por la cual él hizo que sus tropas se rindieran ante las tropas de la Coalición que iban avanzando. Al recordarle uno de los interrogadores de que su posición nunca había sido atacada por los B-52, respondió, “Eso es cierto, pero yo había visto a una que si había sido atacada”.
Logística.
Anteriormente, en mi exposición de los diferentes productores del estrés de combate mencioné la importancia que tiene el ingerir suficientes cantidades de agua y comida para prevenir la fatiga. El análisis de Hosmer de las Guerras de Corea y del Golfo Pérsico explica la relación que existe enetre las operaciones aéreas de interdicción efectiva de abastecimiento y los períodos altos de capitulación del enemigo durante el combate.
Más del 65 por ciento de los soldados chinos que se rindieron durante la ofensiva de primavera de las fuerzas de las Naciones Unidas (UN) en 1951, le dijeron a sus interrogantes que sus raciones de comida durante la guerra eran insuficientes, y algunos reportaron que sus unidades tenían muy poca comida que las tropas se vieron forzadas a alimentarse de hierbas y raíces. La unidades de infantería iraquíes en el sur de Kuwait tenían una escasez tan drástica de comida y agua que algunos oficiales iraquíes llegaron a creer que si las tropas de ofensiva terrestre de las fuerzas de la Coalición se tardaban otras dos semanas más, el alto mando iraquí se hubiera visto forzado a retirar sus unidades del frente para evitar una decapitación logística. La situación en Corea se debió principalmente a la operación de interdicción clásica contra los puentes, los trenes, y los depósitos de abastecimiento, mientras que los iraquíes se vieron más afectados por la pérdida de los vehículos en el frente y por la falta de conductores con la voluntad de arriesgar transportarlos en ir y regresar de los depósitos. Los lazos comunes de conexión son que ambos fueron producto del poderío aéreo y que ambos le redujeron la capacidad y la voluntad para combatir a las fuerzas enemigas.inicio
PRECISION
La precisión de las operaciones aéreas es tan importante como lo es la designación de objetivos. La pregunta de cuánto atacar es tan crítica como el qué atacar. Para explotar los efectos psicológicos del poderío aéreo, el comandante operacional tiene que planificar en sostener e integrar muy estrechamente las operaciones aéreas con las terrestres.
Operaciones Continuas.
Uno de los resultados más educativos de los análisis realizados por Hosmer respecto a las operaciones aéreas en Corea, Vietnam y Tormenta en el Desierto es la diferencia en los éxitos psicológicos de las operaciones aéreas comparadas con su duración e intensidad. Durante los periodos de las guerras de Corea y Tormenta en el Desierto, cuando una gran cantidad de combatientes enemigos se rindió, las tropas habían estado sujetas a recibir ataques aéreos en forma continua y sustentada a lo largo de un periodo de tiempo significante.
Durante sus huidas desordenadas en 1950 y 1951, las fuerzas chinas habían estado en la ofensiva por varios meses y habían sido atacadas constantemente por las fuerzas aéreas de la UN. Los iraquíes en el KTO habían sido atacados continuamente ( o con la amenaza de sufrir ataques inminentes) por 38 días consecutivos, sin tregua alguna. En contraste, las fuerzas aéreas comunistas en Vietnem, aunque a menudo eran atacadas violentamente, nunca sufrieron operaciones aéreas continuas. Las fuerzas aéreas comunistas se trababan en batallas breves y luego se retiraban a la retaguardia en donde podían descansar y reconstituirse. Se necesitarán de operaciones continuas durante las 24 horas del día para privarle el sueño a las tropas enemigas. Además del agua y la comida, el dormir en forma adecuada es una parte integral para prevenir la fatiga. Si a la gente se le priva totalmente el dormir por 24 horas, se le reduce su eficiencia; por 48 horas su eficiencia se le restringe severamente; y después de 72 horas su eficiencia deja de existir.
Cualquier pausa en las operaciones aéreas podría ser extremadamente contraproducente para seguir explotando cualquier beneficio psicológico que se pueda haber ganado previamente, por que el tiempo de reconstitución de un soldado si que puede ser corto. En el ejemplo que cité anteriormente, los soldados alemanes en Stalingrado pudieron retornar a sus postas después de una noche de descanso suficiente y de una comida. En otro ejemplo de la batalla de Monte Casino en la II Guerra Mundial, los oficiales alemanes pudieron regresar a sus soldados a las mismas postas de las cuales se habían fugado, después de darles alimentos y dos horas aproximadas de descanso, en un área de retaguardia libre de ataques aéreos y de artillería.
La importancia de las Operaciones Terrestres Coordinadas. El poderío aéreo es muy capaz de administrar e incrementar los productores del estrés que reducen la capacidad de combatir de una fuerza, pero no es muy buena al momento de sacarle provecho a esos esfuerzos. Esto le pega en todo el corazón de las responsabilidades del poderío aéreo, de preparar el campo de batalla operacional. Una reducción en la capacidad operacional de las fuerzas terrestres del enemigo no significa necesariamente que es una victoria para la fuerza aérea. Las fuerzas enemigas convencidas de que es inútil resistirse, puede que continúen en sus postas hasta que nuestras fuerzas terrestres los enfrenten en la ofensiva. En ambos ejemplos de Corea citados anteriormente y en Tormenta en el Desierto, en el ataque se le presentaron al enemigo las fuerzas de la Coalición o de las UN.
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LA TENSION NERVIOSA Y EL MIEDO EN EL CAMPO DE BATALLA |
CLAUSTROFOBIA |
RUIDO. |
IGNORANCIA |
SEPARACION |
FATIGA |
SENTIRSE INDEFENSO: |
PLANIFICANDO PARA EXPLOTAR LOS EFECTOS DE LOS PRODUCTORES DEL ESTRÉS. |
DESIGNACION DE OBJETIVOS |
Defensa aérea. |
Las Tropas. |
Logística. |
PRECISION |
Integración con las Operaciones Psicológicas (PSYOPS) |
EVALUANDO EL ÉXITO PSICOLOGICO DE SUS OPERACIONES AEREAS |
CONNCLUSIONES Y RECOMENDACIONES |
POSIBLES PUNTOS DE OTROS |
La presencia de nuestras unidades que estaban maniobrando en el campo de batalla le planteo dos cosas al enemigo. Primero, los forzó a tomar una decisión (y a veces en forma muy rápida) si deberían continuar combatiendo o si deberían capitular, y segundo, les dio la oportunidad de tener a alguien a quien rendirse. En un contraste muy marcado a los dos periodos de la Guerra de Corea y Tormenta en el Desierto, cuando las fuerzas enemigas se rindieron en abundancia, fue el periodo de la Guerra de Corea en noviembre de 1951 hasta julio de 1953. Este periodo, marcado por la adopción de una política de “ defensa activa” por las fuerzas de la UN, produjo unos de los más altos porcentajes de vuelos de apoyo cercano y algunos de los combates más feroces de toda la guerra, pero una cantidad minúscula de capitulaciones del enemigo. Uno de los factores de mayor importancia de esta diferencia en la salud mental de los soldados enemigos y en la resultante carencia de capitulaciones, fue la falta de presión ofensiva por parte de las fuerzas terrestres de las UN. Aun cuando las fuerzas comunistas sufrieron un enorme número de bajas ( se estiman 250.000) durante los últimos 15 meses de la guerra, la decisión por parte de las Un de adoptar una defensa estratégica hizo posible que el enemigo entre batallas, controlara la iniciativa y reconstituyera el estado de ánimo de sus fuerzas con más facilidad
Integración con las Operaciones Psicológicas (PSYOPS)
Un plan operacional PSYOP de un comandante involucra mucho más que sus planes de operaciones aéreas, pero la integración de ambos planes es absolutamente esencia para poder explotar completamente los efectos psicológicos del poderío aéreo. Además del gran esfuerzo al intentar convencer al enemigo que es inútil resistirse y explicarles cómo capitular y a quién hacerlo, un plan PSYOP efectivo puede explotar las percepciones enemigas generadas por las operaciones aéreas, y un plan de operaciones aéreas efectivo puede incrementar la credibilidad del mensaje PSYOP. Algunos de los mejores ejemplos de cooperación provienen de Tormenta en el Desierto. La Coalición tenía un esfuerzo PSYOP intenso para convencer a las fuerzas iraquíes que abandonaran sus equipamientos durante la fase de operación terrestre. Hojas volantes y mensajes explicaban a los soldados que éstos no serían atacados si se desasociaban de sus vehículos y sus armas. Los iraquíes creyeron este mensaje debido al acondicionamiento que habían recibido durante los 38 días de ataques aéreos. En efecto, el mensaje PSYOP tomó algo que los iraquíes ya habían aprendido de los bienes de la Coalición aérea, y exitosamente los asociaron con aquellos de las fuerzas terrestres de la Coalición. En otro esfuerzo, se usaron los mensajes PSYOP para advertir a las tropas iraquíes en el KTO que en ciertas fechas se atacarían a ciertas divisiones con aviones B-52. El hecho de que esas divisiones específicas fueron atacadas como se les advirtió, no sólo le añadió a los iraquíes la percepción de que nuestro poderío aéreo era omnipotente, sino que también dejo establecido que nuestros mensajes PSYOP eran una fuente de información fidedigna. Esto a su vez mejoró la efectividad de otros esfuerzos PSYOP inconexos.
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CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES. |
Los efectos psicológicos del poderío aéreo pueden tener un papel significante en alcanzar los objetivos globales de la campaña.
- AFDD 2-1.3 Counterland,
27 de agosto de 1999.
Los comandantes operacionales y su estado mayor de planificación necesitan tener una apreciación de las capacidades del poderío aéreo contra los bienes tangibles e intangibles del enemigo. El objetivo de los planes operacionales del comandante debe ser de maximizar los efectos de los bienes aéreos bajo su mando a lo largo y ancho de ambos espectros. Nos falta un método cuantitativo para explicar los efectos psicológicos de las operaciones aéreas. Sin embargo, eso no debe disuadir al comandante en hacer que la desmoralización de las fuerzas enemigas sea un objetivo establecido en su plan de operaciones aéreas. Específicamente, recomiendo que las operaciones aéreas futuras se conciban para convencer a las fuerzas enemigas de cuatro verdades:
1. Que sus defensas son inútiles. La superioridad aérea en el campo de batalla tiene que establecerse temprano en la campaña y tiene que mantenérsela bien protegida con un plan robusto de OCA y SEAD.
2. Si se mueven; operan, o permanecen con su equipamiento y/o sus armamentos, serán designados como objetivos y por ende serán exterminados. Dígale al enemigo que seleccionará sus armamentos y equipamiento específico como objetivos de guerra y luego demuéstrele esa capacidad.
3. Que los bombardearán sin respiro. Ataque la capacidad del enemigo en cuanto a su descanso y reconstitución ( donde sea que esto sea), con operaciones continuas las 24 horas del día. No subestime las municiones sin precisión para esta tarea.
4. Falta lo peor todavía. Demuestre la capacidad y voluntad de continuar decapitando el flujo de abastecimiento a las fuerzas enemigas desplegadas. Combine las operaciones aéreas con las operaciones de ofensiva terrestre.
Adicionalmente, el comandante tiene que asegurarse de que sus planes aéreos, terrestres y PSYOP estén completamente integrados y concentrados en explotar las vulnerabilidades psicológicas inherentes del campo de batalla moderno, y que los planificadores estén buscando activamente retroalimentación de todas las fuentes disponibles para evaluar continuamente la salud psicológica de la fuerza enemiga. Finalmente, la selección de blancos debe concentrarse en los efectos, no necesariamente en la destrucción. Los ataques aéreos deben conducirse con una apreciación de cómo la omnipotencia percibida del poderío aéreo puede influir en los productores del estrés en combate y que éstos caigan pesadamente en las tropas enemigas. Si se ejecutan efectivamente, el efecto acumulado y sinérgico de estas acciones pueden producir un enemigo que esté concentrado en huir del combate, que esté deseoso de abandonar sus armas y deberes; habríamos dado un paso gigantesco que nos pondría más cerca de ganar la guerra. inicio
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POSIBLES PUNTOS DE VISTA DE OTROS
Cuando hablamos de destruir a las fuerzas enemigas, tenemos que enfatizar que nada nos obliga a limitar esta idea a las fuerzas físicas: también tiene que considerarse el elemento moral.
- Clausewitz
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Posiblemente el argumento más prolífico en contra de invertir esfuerzos en los bienes intangibles del enemigo es que es ineficaz en las “ tropas de verdad”. Los críticos tendrán la tendencia a descartar las experiencias de Tormenta en el Desierto como una anomalía, un “ regalo” de un enemigo colaborador. Tenemos que admitir que es muy posible que nunca más veamos el grado de colapso a grande escala que presenciamos en Tormenta en el Desierto, Mientras que los productores del estrés continuarán saturando los campos de batalla del futuro, la capacidad de una fuerza enemiga en manejar estos productores y nuestra capacidad de explotarlos variará dependiendo de la calidad y la experiencia de aquellas fuerzas. Sin embargo, es importante subrayar que no se requiere del colapso de la fuerza de combate del enemigo para hacer que nuestros esfuerzos sean fructíferos. Cualquier degradación en la capacidad combativa de las fuerzas enemigas incrementa la capacidad de éxito de nuestras fuerzas durante las operaciones terrestres.
Otro argumento opuesto es que sin una vía para medir efectivamente las capacidades intangibles de un enemigo, no hay una forma efectiva de medir el éxito de ningún esfuerzo para deteriorar su estado de ánimo y su voluntad. Sin una dimensión de éxito, cualquier esfuerzo en el reino psicológico puede aparecer como un esfuerzo inútil. La falencia de este argumento es que, a un grado muy alto, los efectos psicológicos son gratis. Por ejemplo, el tintinear de tanques fue una misión creada para producir efectos físicos. Los dividendos de los efectos psicológicos se dieron por añadidura, sin costo adicional. Si se hubieran identificado los beneficios intangibles con anterioridad en la fase de planificación, aquellas misiones pudieron haber empezado más temprano en la operación y podían haberse coordinado mejor complementándolas con uan campaña PSYOP.
Una probable tercera crítica que digo en este documento es que el enfoque hacia las fuerzas combatientes del enemigo está mal dirigido, y que los bienes del poderío aéreo son utilizados más efectivamente contra el verdadero centro de gravedad del enemigo, su voluntad nacional. El enfoque intencional de este escrito en el nivel operacional de la guerra no debe ser visto como una afrenta a la importancia de las operaciones aéreas estratégicas. La efectividad del poderío aéreo en apoyo de los objetivos estratégicos está bien documentado y aceptado ampliamente.
Este artículo va dirigido hacia las aplicaciones del poderío aéreo menos glamorosas, pero que son igual de importantes; aquellas operaciones en apoyo del plan de preparación de batalla de comandante operacional.inicio
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EVALUANDO EL ÉXITO PSICOLOGICO DE SUS OPERACIONES AEREAS
En la guerra, el estado de ánimo es equivalente al material, como tres es equivalente a uno.
- Napoleón
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La Evaluación de los Daños Ocasionados por el Combate (BDA) de los efectos físicos del poderío aéreo es bastante difícil, pero no hay tarea más difícil de emprender que la de evaluar la voluntad de combatir del enemigo antes de forzarlo a combatir. Los efectos psicológicos del poderío aéreo no se pueden evaluar por satélite o por imágenes de radar infrarrojo de exploración hacia delante (FLIR). Quizás la dificultad en evaluar cuando daño han causado nuestros esfuerzos a los bienes intangibles de nuestros enemigos, es en primer lugar la mismísima razón por la cual esos bienes son ignorados con frecuencia. La mejor ventana que tenemos para oscultar la psiquis del combatiente enemigo es la interrogación de aquellos que han capitulado o han sido capturados. Desgraciadamente, los planificadores de las operaciones aéreas históricamente no se involucran en los interrogatorios de los prisioneros de guerra enemigos (EPW). Si el comandante operacional quiere explotar en serio los efectos psicológicos de su poderío aéreo, es un paradigma que él debe cambiar. Los elementos Esenciales de Información (EEI) pertinente a los efectos que las operaciones aéreas están teniendo en las fuerzas enemigas, no son conocidas necesariamente por los interrogadores de los EPW del ejército de los E.E.U.U. Como mínimo, los especialistas en operaciones aéreas deben solicitar información específica de los interrogatorios de los EPW que tratan de los siguientes factores del enemigo: su estado de ánimo; suficiencia de sueño, agua y comida; facilidad/temor de movimiento; frecuencia de contacto con sus superiores; y sus percepciones de las operaciones aéreas hasta la fecha . Idealmente, el especialista en operaciones aéreas puede él mismo examinar las interrogaciones para evaluar personalmente el nivel de los seis productores de estrés en combate que el enemigo está sintiendo, y cómo la labor de las operaciones aéreas están contribuyendo a la explotación de estos productores. La Inteligencia Humana (HUMINT) y la Inteligencia por Señales [electrónicas] ( SIGINT), también son herramientas valiosas para establecer un perfil psicológico de las tropas enemigas. Los planificadores aéreos también deben estar listos para explotar las utilidades imprevistas para evaluar el impacto psicológico de sus operaciones. Un ejemplo de esto fue la capitulación inesperada en masa de más de cuatrocientos soldados de infantería iraquíes en Thaqb al Hajj, cuatro días antes de que empezara la ofensiva terrestre.
Helicópteros de la 101 División Aerotransportada se tropezaron con ellos durante un reconocimiento de la ruta propuesta para la invasión, y helicópteros Apache y aviones A-10 atacaron a los iraquíes durante cuatro horas; un batallón completo del enemigo estaba más que predispuesto a rendirse a una compañía y a un equipo PSYOP de tres hombres. Aunque es ese tiempo no se haya reconocido completamente su importancia, este evento proporcionó una gran cantidad de presagios a las operaciones futuras.inicio
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