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LOS AUDACES DEL MAR
Los audaces del mar fueron algunos hombres de la marina italiana, que, por primera vez en el mundo, dando pruebas de gran valor, lograron penetrar en las bases y puertos enemigos para atacar a los buques adversarios, adoptando la estrategia de ataques en puerto, con el fin de destruir los barcos de un enemigo que evitaba el encuentro en mar abierto (caso de la Flota austrohúngara durante la primera Guerra Mundial) o bien con objeto de conseguir algún triunfo contra una Marina más potente que la Italiana (caso del Mediterráneo durante el segundo conflicto mundial). Para ello se valían de medios de asalto navales, concebidos de forma que asegurasen la máxima sorpresa. Es importante recordar que hasta el 8 de septiembre de 1943, cuando los Aliados solicitaron información oficial, se mantuvo el más absoluto secreto acerca de este tipo de operaciones. La primera idea de crear un tipo de lanchas muy rápidas y pequeñas para vigilar las bases y los pasos entre las islas dálmatas, en una eventual guerra en el Adriático, surgió en 1906 y se concretó en 1915, con la construcción de las primeras MAS, que entraron en servicio en marzo de 1916. Las sigla MAS era común a dos tipos de embarcaciones torpederas y antisubmarinas, que se diferenciaban por las ramas de que estaban dotadas según la misión a que fueran destinadas. Junto a las MAS, que no podían actuar in ser vistas, se ideó, en 1917, nuevos tipos que pueden considerarse como los antecesores de los modernos medios e asalto utilizados durante la segunda Guerra Mundial: el Grillo, especie de nave anfibia articulada, que podía salvar todos los obstáculos flotantes colocados a la entrada de los puertos, y el Mignatta, enorme torpedo conducido por dos hombres que los flanqueaban sumergidos en el agua y vestidos con ropas impermeables. Terminado el primer conflicto mundial, la Marina, tras un normal período de espera, empezó a renovarse. Apartir de 1935, entre varios tipos de medios ofensivos, se propuso el estudio de algunos medios de asalto navales inspirados en las MAS, los Grillo y los Mignatta. Los hombre-rana fueron creados durante la guerra, exactamente en 1941; se les confiaba ingenios con pocos kilos de explosivo, que se utilizaba contra buques mercantes, mucho más vulnerables que los buques de guerra; estos ingenios llamados cimici o mignatte, se aplicaba a los casco de los buques por medio de ventosas. Otros, con cargas más potentes llamados bauletti, se idearon para atacar a los vapores en puertos neutrales: tenían la particularidad de explotar cuando el barco estaba en movimiento y había recorrido ya varias millas fuera del puerto. De este modo no podían surgir complicaciones con los estados neutrales, quedando el enemigo en la duda de si el buque hundido en alta mar había sido torpedeado, había chocado con una mina o había sido, simplemente, víctima de un accidente de naturaleza desconocida.inicio De forma análoga surgieron los NP, especialistas del Regimiento «San Marcos>, destinados a operar en tierra, después de haber sido transportados y desembarcados en zonas no vigiladas, como los comandos británicos. Todos estos medios de asalto fueron agrupados en una unidad denominada Décima Flotilla MAS (X MAS), con objeto de mantener en secreto su verdadera naturaleza. Fueron varias las operaciones que se llevaron a cabo con estos medios: cuatro contra Alejandría (maiali); nueve contra Gibraltar (siete con maiali y dos con hombres-rana); tres contra Malta (MT); una contra Suda (MT); una contra Haifa (maiali); una contra Argel (maiali y hombres-rana); dos contra Bona (MTSM); tres en el puerto de Huelva (hombres-rana); dos en Alejandría (hombres-rana); dos en Mersin (hombres-rana), así como varias acciones MTSM en el sector costero de El Bab´a (Egipto), varias MTSM y unidades de NP en el Norte de África. Durante el periodo de la cobeligerancia se reconstituyó en Tarento el grupo de medios de asalto, al que se agregaron operadores británicos instruidos y adiestrados por nosotros. Dos operaciones se llevaron a cabo entonces en la zona aún ocupada por los alemanes: una, contra la base de la Spezia (donde, el 22 de junio de 1944, fue hundido por los operadores británicos el crucero Bolzano) y, otra, contra el puerto de Génova (en el que fue gravemente dañado por los operadores italianos el portaaviones Aquila, el19 de abril de 1945). Además de estos dos episodios, de gran relieve, MAS, MT, hombres-rana y NP llevaron a cabo numerosas misiones, cuya finalidad era recoger a los civiles y militares que afluían a la costa, huyendo de los alemanes, desembarcar y recoger a los agentes y saboteadores en las zonas ocupadas por estos y cooperar con los patriotas. En total los intrépidos del mar hundieron o pusieron fuera de servicio por largo tiempo 5 buques de guerra con un total de 73.190 tn y 23 mercantes por 130.172 tn.inicio Episodios sobresalientes En segundo lugar de importancia figura el ataque a Gibraltar, efectuado el 20 de noviembre de 1941, por medio de SLC transportados por el submarino Sciré, al mando del comandante Borghese. Los operadores habían llegado a España, por vía aérea, el 4 de septiembre, dirigiéndose a Cádiz para ser embarcados, con absoluto secreto, en el buque-cisterna Fulgor, destinado a servir de escolta al Sciré. Este último embarcó a los operadores la noche del día 18, dirigiéndose a la rada de Gibraltar, a donde llegó la noche siguiente. El Estado Mayor de la Armada había informado al Sciré de que, en el puerto de Gibraltar, fondeados en los puestos de anclaje indicados en su radio-mensaje, se encontraban un acorazado, un portaaviones, dos cruceros, tres destructores y siete buques-cisterna, y que en la rada se hallaba además un convoy de 17 buques. Los operadores debían entrar en el puerto y apuntar directamente al acorazado (dos parejas de operadores) y al portaaviones (una pareja): caso de no conseguirlo, debían atacar cualquier otra unidad de importancia menor. Los seis hombres actuaron con decisión y pericia; mas, a causa de la gran vigilancia enemiga, sólo dos de ellos (Visintini-Magno) consiguieron entrar en el puerto. No pudiendo alcanzar los objetivos asignados, los operadores hundieron, en el puerto, al buque-cisterna Denbydale y, en la rada, al buque-cisterna Fiona Shell y a la motora armada Durham, con un total de 21.490 toneladas. El 14 de julio de 1942, una nueva operación contra Gibraltar, esta vez a cargo de hombres-rana, inutilizó cuatro buques enemigos. A la orilla del mar, entre Algeciras y La Línea, existía una finca a la que más tarde se llamó «Villa Carmela», en la qué vivía un italiano, un tal Antonio Ramognino, casado con una española, hombre de gran capacidad técnica incorporado al X MAS; y en el mismo puerto de Algeciras internado desde principios de la guerra, se hallaba el buque italiano Olterra, a bordo del cual y pese a la estrecha vigilancia española y a la acción de los agentes británicos, se había instalado una base de apoyo para los medios de asalto, así como un observatorio para toda la zona de la rada y puerto de Gibraltar. Asimismo, en «Villa Carmela» había otro observatorio, a través de una abertura practicada en la pared exterior de la casa y camuflado con una pajarera.inicio El Estado Mayor de la Armada (Supermarina) juzgó que, en lugar de transportar los propios medios de asalto a Gibraltar (operación que resultaría peligrosa y compleja) seria más oportuno trasladar a los hombres, disfrazados, y a los medios de asalto convenientemente desmontados, al Olterra o a «Villa Carmela», desde donde podrían desplazarse para actuar en aguas gibraltareñas. Así, en la primera década de julio de 1942, llegaron doce operadores que, desde el Fulgor, en Cádiz, fueron llegando a Algeciras, instalándose en el Olterra en el transcurso de los días 11 y 12 de julio. Al amanecer del 13, todos se reunieron en «Villa Carmela, huéspedes de los esposos Ramognino, quienes procuraron ocultarlos a los carabineros españoles y a los agentes británicos. Poco después de medianoche del mismo día 13, los operadores abandonaban la «villa» y alcanzaban la playa a través de un recorrido previamente estudiado; tras nadar durante tres o cuatro horas y de conseguir echar a pique los cuatro buques ya mencionados, con un total de 9550 toneladas, regresaron a la «villa» haciendo el camino inverso. Esta acción fue arriesgada por la presencia de lanchas de vigilancia y de los carabineros españoles, que vigilaban las aguas desde la costa; siete operadores fueron detenidos al regreso de su misión, pero fueron dejados inmediatamente en libertad gracias a la rápida intervención de nuestro cónsul en Algeciras. El 8 de diciembre de 1942 se llevó a cabo una operación contra Gibraltar con tres SLC, salidos del Olterra. La operación no tuvo éxito, pero merece recordarse por la trágica situación en que se encontraron sus operadores, tres de los cuales perdieron la vida en ella. El hecho de que los operadores y los maiali se encontrasen a bordo del Olterra les permitió orientarse acerca del modo en que debían actuar, observando con todo detalle, durante los días que precedieron a la operación, su próximo campo de acción y todo cuanto en él sucedía. Los tres SLC, sacados de la bodega del Olterra por medio de un tanque de compensación especial la noche del 7 de diciembre, estaban pilotados por seis hombres integrados en tres parejas: teniente de navío Licio Visintini y sargento buzo Giovanni Magno; guardiamarina Giovanni Manisco y sargento buzo Dino Varini; subteniente de armas navales Victoria Cella y sargento buzo Salvalore Leone. Sus respectivos objetivos en el puerto de Gibraltar eran: el acorazado Nelson y los portaaviones Formidable y Furious. Los dos primeros afrontaron, impávidos, el servicio de vigilancia británico y consiguieron alcanzar el acceso al puerto; pero poco después fueron aniquilados debido a la explosión de una carga. La segunda pareja fue descubierta por un centinela, y, enfocados por un reflector, los dos hombres fueron sometidos a un intenso fuego. No pudiendo proseguir su camino, maniobraron para intentar la huida; mas, comprendiendo la imposibilidad de ocultarse, destruyeron el maiale y fueron capturados por una embarcación enemiga. Al ser interrogados, los dos operadores consiguieron hacer creer que habían llegado de Italia en un submarino. El 12 de diciembre de 1942, en aguas de Argel, se llevó a cabo una operación de particular relieve con hombres-rana y maiali. Los operadores fueron transportados por el submarino Ambra, al mando del capitán de corbeta Mario Arillo; se trataba de tres maiali y dieciocho hombres; dos de ellos (llamados hombres-lechuza) ejercían la función de exploradores e informadores de los que debían llevar a cabo el ataque; seis formaban la tripulación de los tres maiali y el resto eran hombres-rana o nadadores de asalto.inicio El Ambra llegó a las 19,40 del día 11 de diciembre -después de una accidentada travesía- al largo de Argel; una vez allí, hizo salir, estando aún en inmersión, a los dos hombres-lechuza y luego avanzó lentamente, guiado por uno de ellos, el teniente de navío lacobacci. Alrededor de las 22 horas el submarino se detuvo, siempre en inmersión en el centro de la rada de Argel, algo apartado de un convoy aliado que estaba fondeando allí y del cual Iacobacci hizo una detallada descripción al comandante. Arillo decidió hacer salir inmediatamente a los hombres-rana y a los maiali, encargados de atacar a los buques enemigos. En aquella ocasión, los maiali, en lugar de llevar una sola carga de 300 kg, llevaban dos de 150, a fin de poder hundir doble número de barcos. La maniobra de salida duró aproximadamente media hora, quedando terminada a las 23,04; a medida que los hombres iban saliendo a la superficie, lacobacci les informaba de la situación de los objetivos que debían atacar. El submarino había advertido a los hombres-rana, antes de iniciarse la operación, que les aguardaría hasta las tres de la madrugada; y, en efecto, permaneció en su puesto hasta la hora convenida, emergiendo des vez en cuando en la oscuridad. Pero la alarma ya había cundido por toda la rada, sacudida por las explosiones, y el Ambra, juzgando peligroso permanecer más tiempo allí, se alejó cautamente; no obstante esperó hasta las 19,45 del 12 de diciembre; ese día, después de 36 horas de inmersión, salió a la superficie y se dirigió a La Spezia, donde llegó al día 15 sin haber tenido ocasión de recuperar ni a uno solo de los hombres-rana. Entre tanto, los operadores de los maiali se habían dirigido por separado hacia el puerto; mas, después de varios incidentes, hubieron de renunciar a penetrar en él, atacando entonces a los buques fondeados en la rada. A causa de algunos fallos técnicos en su maiale, la primera pareja no consiguió llevar a cabo el ataque, por lo que, tras destruir su aparato y buscar en vano a los hombres-lechuza, se refugió en la playa, donde fue capturada; la segunda consiguió aplicar sus cargas explosivas en el casco de un buque, pero también fue capturada en la costa, junto con otros dos hombres-rana a quienes encontraron exhaustos después de haber intentado inútilmente cumplir su misión; la tercera pareja fue la única que consiguió minar dos cascos, pero asimismo acabó siendo descubierta y apresada. Los dos hombres-rana actuaban en tres grupos, salvo uno que operaba solo: dos de los grupos lograron llevar a cabo el ataque contra dos buques, mientras el tercero y el operador aislado renunciaban al ataque por fallos técnicos. Todos ellos acabaron siendo capturados por el enemigo. Fueron hundidos cuatro buques, el Ocean Vanquisher, Berto, Empire Centaur y Armattan, con un total de más de 20.000 toneladas.inicio Pero la más novelesca historia relacionada con el hundimiento de buques la vivió, en los puertos de la neutral Turquía, en Alejandreta y en Mersin (puertos de embarque de los minerales de cromo destinados a Gran Bretaña), el teniente de complemento de Artillería Luigi Ferraro, nadador excepcional, que se había enrolado voluntario en las X MAS. Él solo hundió tres buques, con un total de 20.000 toneladas. A primeros de junio de 1943, el teniente Ferraro se presentó al cónsul italiano de Alejandreta doctor Ignazio di Sanfelice, provisto de un pasaporte diplomático y como agregado al consulado en misión especial. La inmunidad diplomática le permitió llevar, en su equipaje, sin estar sujeto a revisión, un equipo completo de hombre-rana y diversos explosivos. En el consulado encontró la incondicional colaboración del canciller Giovanni Roccardi, quien, en realidad, era teniente de navío del Servicio Secreto de la Marina. Se hizo creer a todo el mundo que el nuevo agregado no sólo no sabía nadar, sino que incluso sentía horror por el mar. La noche del 30 de junio, Ferraro, vestido con su equipo especial de hombre-rana y llevando dos bauletti sujetos a la cintura, se metió silenciosamente en el agua y tomó como objetivo al Orion, buque griego de 7000 toneladas al servicio de los ingleses. Recorrió a nado, con las debidas precauciones, los 2300 metros que le separaban del barco, y aplicó las dos cargas explosivas bajo su casco. El Orion zarpó una semana más tarde y se hundió en alta mar, creyendo todo el mundo que había sido torpedeado o que chocó con una mina. El 8 de julio, Ferraro y Roccardi recibieron la noticia de que, en la cercana Mersin, se hallaba fondeado, para proceder a la carga de mineral, el buque Kaituna, de 5000 toneladas. El día 9 partieron ambos para Mersin, y aquella misma noche Ferraro llevó a cabo su ataque. Dos días después zarpaba el Kaituna y, apenas en alta mar, una de las cargas explotó, averiando gravemente; la segunda no llegó a funcionar, por lo que el buque consiguió llegar al puerto de Chipre. Una vez allí se descubrió la carga aplicada al casco, y los ingleses comprendieron entonces cuál había sido la verdadera causa del hundimiento del Orion. En una segunda misión, realizada en Mersin el 30 de julio, Ferraro atacó al buque inglés Sicilian Prince, después de haber nadado más de cuatro kilómetros. A las 2 del día 31 de julio la misión estaba cumplida. Sin embargo, el Sicilian Prince se salvó, pues los ingleses, puestos sobre aviso, La noche del día 1 de agosto, ya de nuevo en alejandreta, Ferraro atacó un barco noruego que acababa de llegar al puerto para cargar mineral: el Fernplant, de 7000 toneladas. Le aplicó los dos últimos bauletti que había traído de Italia. El Fernplant zarpó a primeras horas de la tarde del día siguiente, pero, poco después, regresaba de nuevo al puerto. Ferraro y Roccardi observaron, temerosos, su entrada, temiendo que pudiese saltar por los aires allí mismo, con las graves consecuencias que ello reportaría para las relaciones diplomáticas entre Italia y Turquía.inicio «Resignados ante lo inevitable, esperábamos la explosión, que se produciría, sin lugar a duda a medianoche -escribió Ferraro en su informe-. Pero, llegado el momento, los minutos transcurrieron sin que nada sucediese. Al día siguiente apenas amaneció, corrí al puerto para verlo que había ocurrido, convencido de que encontraría al buque destrozado y embarrancado en algún lugar de la costa. »Ante mi sorpresa, pude ver el buque en perfectas condiciones en su puesto de anclaje. Había ocurrido lo que yo no me atrevía a esperar: e barco, en su salida, no había alcanzado la velocidad precisa. Fue un gran alivio para nosotros cuando, a las 18 horas del día 5, le vimos abandonar de nuevo el puerto». El Fernplant se hundió a lo largo de la costa de Siria sin despertar sospechas. El día 2 de agosto, agotada su provisión de cargas explosivas, Ferraro se repatriaba «por motivos de salud». Hablaremos, ahora, de cierto tipo de misiones realizadas con MTSM y MTM de la X MAS en aguas de Cirenaica, en los meses de agosto y septiembre de 1942, misiones que se diferenciaban notablemente de las descritas hasta ahora. La estabilización del frente en la línea de ElAlamein, que se suponía temporal, aconsejaba enviar a las retaguardias costeras del frente una unidad naval de asalto que se enfrentara a los buques ingleses que llevaban a cabo misiones de hostigamiento, atacando las comunicaciones marítimas y terrestres entre Tobruk y Marsa Matruh; y asimismo disponer de un grupo de lanchas rápidas que irrumpiera en los puertos de Alejandría y de Port-Said en caso de que se lograra reanudar el avance hacia Egipto.inicio |
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