LAS BOTELLAS DE COÑAC
En Marzo de 1943 Alemania ha sufrido duras derrotas que ponen ya en serias dudas el resultado de la guerra. La mas sonada, aunque no la primera, había sido la rendición del VI Ejercito aleman en Stalingrado bajo el mando del novisimo mariscal Frederich Paulus. Pero ya antes, a finales del 41, la Wermacht habia sido detenida y vapuleada ante Moscú sin poder conquistar la capital soviética. Y antes aun la Luftwaffe, en otoño de 1940, se habia retirado de los cielos britanicos con el rabo entre las piernas renunciando a destruir la caza britanica.
Tambien Rommel, en cierta medida abandonado por Berlin que estaba mucho mas pendiente de Rusia, sufria en el Norte de Africa. Tras la derrota, ante fuerzas superiores y prácticamente sin suministros ni repuestos, en El Alamein ha sido expulsado de Libia. En Tunez continuan los combates pero ya se vislumbra la incuestionable superioridad aliada y la inevitable derrota de los ejércitos del Eje. Ante la posibilidad de un nuevo desastre el mariscal es llamado a Alemania y relevado del mando del Afrika Korps que ahora corresponde al general Jurgen von Armin. No se puede permitir que el famoso militar caiga en manos de los aliados o se vea obligado a suicidarse. Hitler tiene pensado para él un nuevo destino al mando de un cuerpo de ejército en Ucrania.
Los ataques aliados van minando las posiciones del Eje cuyas fuerzas deben ir cediendo terreno ante la gran superioridad material del enemigo. Particularmente el dominio aereo hace especial dado a los italo-germanos agobiados dia y noche por los aviones que los bombardean y ametrallan sin descanso. No cabe duda de que los alemanes y los italianos tendran que marcharse de Africa en breve plazo.
Sin embargo algunos militares germanos, pocos y mal organizados, piensan que aun es momento de intentar negociar con el enemigo y firmar la paz, la unica manera de evitar la debacle que se avecina si la guerra continua. Alemania es todavia militarmente muy fuerte, ocupa grandes extensiones de territorios conquistados y retiene a millones de prisioneros de guerra. Todo esto son importantes monedas de cambio a la hora de negociar la paz. Ademas, suponen los disidentes, los aliados estan hartos de listas de bajas, la sangria ha sido terrible en los ultimos meses, ello les llevar a tener en cuenta cualquier posibilidad de acuerdo presionados por el frente civil.
Pero habia un obstaculo cuya eliminacion era necesaria para poder poner fin a la guerra y ese obst?culo era el Fuhrer quien sabia que negociar era imposible para el pues los aliados querian su cabeza. Cualquier intento de rebelion militar pasaba necesariamente por la muerte del dictador, que era la unica manera de neutralizar el amplio apoyo social del que gozaba y el juramento de lealtad personal al Fuhrer que todo oficial del ejercito, de grado o por fuerza, habia hecho.
Entre los militares conspiradores se encontraban el capitan Fabian von Schlabrendorff y el general Henning von Treschkow. En Marzo del 43 ambos servian en el Estado Mayor del mariscal Günther von Kluge jefe del Grupo de Ejercitos del Centro. Hitler viajaba con cierta frecuencia al frente y ambos tramaron asesinarle en una de sus visitas. Pero ¿como? Ellos no eran suicidas por lo que no era posible la accion directa. Tras muchas cavilaciones encontraron un posible sistema; sabotear su avion para que se estrellase. Lo que no encontraban, no eran pilotos, era la forma tecnica de hacerlo. ¡Una bomba! esa era la manera, una bomba colocada en el avion que estallase al poco de despegar. Y la tenian, los alemanes capturaban muchos de los envios de armas y explosivos lanzados desde el aire a la resistencia por los britanicos. Entre estos ultimos habia varias potentes y pequeñas bombas con un ingenioso dispositivo de tiempo. Un cable metalico estaba al lado de una ampolla que contenia un liquido corrosivo. Cuando la ampolla era rota el icido entraba en contacto con el cable que era corro?do lentamente. Pocos minutos despues, unos quince, el cable se rompia lanzando el percutor sobre el estopin que activaba el explosivo.
Aunque el Fuhrer disponia de un habitaculo blindado dentro del aparato en prevision de las balas de las ametralladoras de los cazas enemigos, ni era previsible que viajase dentro de el ni tampoco que sobreviviese a la caida del avion.
Schlabrendorff y Treschkow consiguieron hacerse con una de estas bombas sin grandes problemas. La forma de meterla en el aviin no parecia dificil. Lo mas adecuado seria introducir el explosivo como un inofensivo paquete mas. Dicho y hecho, la bomba fue camuflada dentro de un envoltorio que simulaba contener un par de botellas de coñac.
Ahora solo era cuestion de esperar el momento adecuado que por fin se presenta el sabado 13 de Marzo de 1943.
El avion del Fuhrer aterriza en el campo cercano de Smolensko a primeras horas de la mañana, entre el comite de recepcion se encontraba von Treschkow. La mañana transcurrio entre las habituales reuniones militares. A la hora de comer el general Treschkow ya sabia quien se iba a encargar de su paquete. Conocia a uno de los miembros del sequito de Hitler y que ademas viajaba en su mismo avion pues el numeroso acompañamiento del dictador precisaba de dos aparatos para su transporte. Se trataba del coronel Brand viejo conocido. Fue a saludarle y tras unos minutos de banal conversacion sobre la salud familiar y los tipicos de la guerra le solicita un pequeño favor. Queria enviar al general Stieff, a la sazon en el cuartel general de Rastenburg, dos botellas de coñac de primera calidad como reconocimiento a cierto favor. Pero no se fiaba de que la intendencia alemana tuviese las precauciones necesarias con tan preciado y delicado liquido. Por ello se le habia ocurrido que quiza el coronel podria llevar esas botellas en su viaje de regreso. Un ordenanza de Stieff recogerra el paquete en su propio despacho sin ocasionarle molestias. Brand acepto gustoso la ocasion de hacer un facil favor a un general. Entonces Treschkow quedo en llevarle el regalo al aeropuerto y agradeciendo la amabilidad del coronel se retiro.
Inmediatamente ambos oficiales, Treschkow y Schlabrendorff, se ponen en contacto con sus correligionarios en Berlin y anuncian que el atentado se va a producir hoy. El complot comienza a mover sus hilos.
Treschkow se dirige a su habitacion. Retira la bomba de su escondite y con su paquete en la mano va hacia la comitiva que se esta formando para acompañar al Fuhrer hasta el aeropuerto. Alli se encuentran esperando los dos aviones de transporte y varios cazas de escolta.
Cuando ya en la pista el general Treschkow comprueba que el coronel Brand va a subir al avion de Hitler se le acerca en el ultimo momento entregandole las supuestas botellas con nuevas palabras de agradecimiento. Un minuto antes habia roto discretamente la ampolla que ponia en marcha el mecanismo de explosion.
Inmediatamente los aviones emprenden vuelo hacia el cuartel general de Rastenburg a unas dos horas de vuelo.
Treschkow y el resto de los conjurados vuelven a sus alojamientos y esperan con la ansiedad que es de suponer acontecimientos que no pueden tardar ya que la corrosion del percutor duraba no mas de quince minutos.
A las 4 de la tarde el avion del Fuhrer hace 25 minutos que ha despegado. A las 5 no hay novedad. El estado de animo de los conspiradores es penoso. A las 6 menos cuarto se recibe la rutinaria noticia de que el avion de Hitler aterrizo sin novedad en Rastenburg.
Treschkow pasa los momentos mas apurados de su vida. Si el paquete llega a su destino sera fusilado en 48 horas ya que el general Stieff no estaba informado de nada. Hay que actuar rapidamente se lanza sobre el telefono y con toda su autoridad de general ordena que localicen como sea al coronel Brand en Rastenburg. Tras unos minutos de gritos y amenazas consigue oir en la linea telefonica la voz de Brand.
- ¡A sus ordenes mi general!
- ?Que tal coronel? ...queria preguntarle...?Entrego ya el paquete que le di?
Treschkow contuvo la respiracion.
- Aun no mi general, acabo de llegar a mi habitacion y no...
Treschkow recobra el color.
- Pues mire coronel casi me viene mejor que se haya usted retrasado... pensandolo bien es mucho mejor asi. Vera; es que acabo de recibir la orden de presentarme mañana ahi en Rastenburg asi que aprovechar la ocasion para saludar al general Stieff y llevarle personalmente las botellas. Le ruego que las retenga en su poder hasta mi llegada.
- Desde luego mi general, no se preocupe.
- Gracias Brand le vere mañana en cuanto llegue.
Era tarde para intentar volar hoy, a primera hora de la mañana saldria en avion hacia Rastenburg.
Los implicados no pasaron precisamente una buena noche. La bomba podia estallar en cualquier momento provocando quien sabe que.
Cuando el avion del general von Treschkow se acercaba a Rastenburg a primeras horas de la mañana siguiente, pensaba en la posibilidad de que Brand hubiese descubierto la bomba. Entonces quien le esperaria seria un general de las SS que le detendria inmediatamente. Si eso sucedia nada le podrian obligar a decir, llevaba una capsula de cianuro en la boca que romperia con los dientes si era necesario.
Entro con actitud marcial y decidida pero sudando tinta, en los aposentos de Brand y enseguida vio el paquete siniestro encima de un armario metalico. Tras el saludo militar el coronel se dirigie hacia las botellas. El archivador era alto y tuvo que alzar sus talones para alcanzar las botellas y asirlas de una forma un tanto precaria a ojos de Treschkow que pensaba en su contenido. No cogio, abrazo al paquete con sus manos cuando el coronel se lo dio como si fuese un recien nacido. Brand probablemente penso que su general exageraba en sus atenciones con el coñac.
Von Treschkow se despidio con cierta brusquedad para dirigirse inmediatamente a la estacion ferroviaria. Queria volver cuanto antes a su Estado Mayor. Tuvo suerte y poco despues un tren asmatico le llevaba lentamente de regreso.
continua
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