Presidente quiere evitar Cosena por crisis Pinochet 
Los pasos que dará Lagos en cita con FFAA 

El mandatario tratará de persuadir hoy a los jefes castrenses de que no citen al Consejo de Seguridad Nacional. El encuentro fue fijado el sábado para que los militares no hicieran la convocatoria durante su ausencia del país.
 

Cerca de las 14 horas de hoy el Presidente Ricardo Lagos regresará a Chile desde México. Y aunque la primera preocupación del Mandatario es la tensión que provocó en las Fuerzas Armadas la decisión del juez Juan Guzmán de procesar a Augusto Pinochet por el caso Caravana de la Muerte, su primera actividad en Chile será un encuentro con Mario Kreutzberger, para celebrar el resultado de la Teletón. Una señal de normalidad que se suma a otras que Lagos ha enviado en crisis similares.

 La cita más importante que sostendrá el Presidente, sin embargo, se realizará cerca de las 16 horas en La Moneda, cuando reciba a los jefes de las Fuerzas Armadas y de Orden. El encuentro fue ofrecido por el gobierno el sábado, en la segunda reunión que sostuvo el Vicepresidente José Miguel Insulza con el comandante en jefe del Ejército, Ricardo Izurieta, a cambio de que los militares no citaran al Consejo de Seguridad Nacional (Cosena) con Lagos en el extranjero.

 El Mandatario está al tanto de que los jefes castrenses ya le han informado a las autoridades de Palacio que quieren convocar al Cosena sí o sí, ya sea a instancias del Presidente o -en su defecto- por determinación propia. De hecho, ya está redactada una petición firmada por los cuatro jefes castrenses, donde le solicitan a Lagos que cite al organismo integrado también por los presidentes del Senado y la Corte Suprema, además del Contralor.

 Al pedirle a Lagos que sea él quien dé el paso de llamar al Cosena, los uniformados quieren evitar que sus instituciones paguen el costo de aparecer en una posición confrontacional o tensionando al país.

 Lagos, sin embargo, intentará persuadir de lo contrario a los comandantes en jefe, quienes ya están advertidos de que el Presidente no comparte la idea de convocar al Cosena. De hecho, en la mañana de ayer Insulza catalogó como "inconstitucional" esa posibilidad y el Lagos fue citado por la agencia EFE señalando que no citaría a la instancia.

 De no lograr disuadir a los jefes castrenses, no se descarta que sea el propio Lagos quien cite al organismo, pero probablemente explicaría hoy mismo ante la opinión pública que aunque le parece innecesario hacerlo, accedería al llamado de las Fuerzas Armadas para dialogar con los tres poderes del Estado, en virtud de que el Cosena es parte de la institucionalidad.

 El ministro de Defensa, Mario Fernández, dijo ayer al respecto que "las instituciones son muy bastas en sus atribuciones, y lo que quiere escuchar el Presidente son los argumentos de los comandantes en jefe para tomar su decisión".

 En la tarde de ayer La Moneda optó por restarle dramatismo a la posibilidad de llamar al Cosena , pues los inquilinos de Palacio recibieron nuevas confirmaciones respecto de que las Fuerzas Armadas persistirán en convocarlo -aún en caso de que el Presidente se niegue-, tal como lo definieron ayer los comandantes en una nueva reunión sostenida en el edificio de calle Zenteno durante la mañana.
 
 

Resultado impredecible

En La Moneda coinciden en que la situación estará desde hoy en las manos de Lagos, quien considera una "pésima señal" que se reúna el Cosena a raíz de un fallo judicial. Fuentes ligadas a Palacio señalan que el Lagos le señalará a los jefes castrenses que convocar a esa instancia se interpretará como una intromisión al Poder Judicial y dañará la imagen internacional del país, cuestión que terminará afectando a las propias Fuerzas Armadas.

 Pero más allá de los pro y los contras de citar a la instancia, tanto en el Gobierno como entre los uniformados coinciden en que el Presidente tendrá que ofrecer "algo contundente" a los jefes castrenses, para hacerlos desistir de su decisión. Sin embargo, el margen de acción que tiene el Mandatario es limitado, porque los militares buscan acelerar una solución al tema de los derechos humanos a raíz de la crisis Pinochet.

 Fuentes de gobierno señalan que dar una señal en ese sentido es impensable, porque desarma el mapa construido por La Moneda en sus primeros nueve meses, circunscrito al trabajo de recolección de información de la mesa de diálogo y a que los casos posteriores a 1978 sigan su curso en los tribunales. Por lo tanto, el Presidente sólo podría ofrecer una declaración pública donde se refiera a la necesidad de recuperar el clima construido previo al procesamiento del general (R).

 En todo caso, en ambos sectores coinciden en que el resultado de la reunión es impredecible, sobre todo porque cualquier negociación deberá incluir ciertas garantías y, en ese plano, los uniformados desconfían del Gobierno. Y, por otra parte, aunque en La Moneda han preferido descartar públicamente una citación al Cosena y seguir apostando en que podrán resistir las presiones militares, también admiten que es el último recurso al que el Presidente puede echar mano para descomprimir el ambiente dentro del Ejército.
 
 

Molestia con Arancibia

"Mi gente no sería marginada de la institución mientras no se comprobara su culpabilidad. No tengo ninguna duda al respecto. Yo le garantizo que en mi institución eso no pasa". Con esas palabras comentó el domingo en El Mercurio el comandante en jefe de la Armada, almirante Jorge Arancibia, la decisión que semanas atrás había tomado el general Ricardo Izurieta de marginar del Ejército al general (R) Hernán Ramírez Hald, procesado como cómplice en el caso Tucapel.

 Sus palabras provocaron irritación entre los subordinados de Izurieta, porque llegaron en el momento en que el liderazgo de su superior se encontraba debilitado . Sin embargo, y tras las explicaciones de la Armada, la molestia fue pasando. Arancibia había concedido la entrevista antes de que Augusto Pinochet fuese procesado, y lejos de hacerse mutuas recriminaciones, los mandos de ambas instituciones decidieron que lo que debía primar era la unidad de las Fuerzas Armadas en un momento que para ellas es crítico.

Archivo

Tal como lo ha comentado públicamente el comandante en jefe de la Armada, almirante Jorge Arancibia, el clima al interior de las Fuerzas Armadas está tensionada al máximo. Esta es una de las razones fundamentales de los jefes castrenses para convocar al Cosena: quieren enviar una fuerte señal interna, debido a que la oficialidad siente que los altos mandos están debilitados frente al Poder Judicial y al Gobierno.

 Los comandantes en jefe quieren que sea el Presidente Ricardo Lagos quien convoque al Cosena, ya que estiman que -aunque esta posibilidad se encuentra establecida en la Constitución- al ser ellos quienes llamen a esta instancia, estarían siendo arrastrados a la arena política, situación que quieren evitar.

 La pauta de acción es mantenerse al margen de las confrontaciones. Sin embargo, si el Lagos se niega a hacerlo, las Fuerzas Armadas están dispuestas a aparecer como un factor de enfrentamiento, aunque con ello puedan perder o dilatar la posibilidad de conseguir el gran acuerdo en derechos humanos por el que han trabajado en los últimos meses.